jueves, 28 de septiembre de 2017


Revista de Prensa

Erdogan y las elecciones alemanas

 

Recep Tayyip Erdogan.
En el diario turco Hurriyet, Semih Idiz viene a decir que el mandatario islamista se ha pegado un tiro en el pie al entrometerse en la política alemana, pues el resultado ha sido el significativo avance de Alternativa para Alemania, el partido político más hostil a sus planteamientos sobre las relaciones bilaterales y con Europa.
Erdogan ha dicho que las cosas retornarían a la normalidad después de las elecciones alemanas. En otras palabras, espera que Merkel se olvide de todo y se aproxime a Turquía. Sin embargo, no parece probable.
Es mucho más probable que Erdogan siga siendo la bestia negra alemana, incluso más de ahora en adelante, dado el avance de la extrema derecha. (…)
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Erdogan tuvo éxito al introducirse en el debate político alemán, y obviamente ha influido en las decisiones de numerosos turcos de ese país. Pero que pueda salirse de él también con éxito no está nada claro. Es por esto que los resultados de las elecciones alemanas difícilmente puedan ser considerados una victoria para él.
En Foreign Affairs, Colin P. Clarke, de la Rand Corporation, sostiene que el Estado Islámico no está acabado y que no parece que vaya a estarlo a medio plazo, pues se muestra muy activo en su proceso de recomposición.

Las predicciones sobre la derrota definitiva del grupo se están revelando prematuras. De lo que está siendo testigo el mundo es de la transición, que en varias maneras es degeneración, de una organización insurgente con cuarteles generales fijos en una red terrorista clandestina dispersa por toda la región y por el planeta.
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El ISIS está siendo forzado a cambiar de tácticas y estrategia, pero se está preparando de manera bastante activa para la siguiente fase del conflicto.
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(…) continuará operando de manera clandestina en las zonas desérticas del este de Siria y el oeste de Irak, recurriendo a tácticas guerrilleras clásicas como (…) las emboscadas, (…) los coches bomba y los asesinatos.
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La transición desde la insurgencia al terrorismo llevará al ISIS a destinar recursos a reforzar sus franquicias en Afganistán, Libia, el Yemen y la Península del Sinaí, en Egipto. Asimismo tratará de penetrar en otros Estados fallidos y en territorios sin gobierno proclives a su ideología yihadista salafista, desde el norte del Cáucaso al Sudeste Asiático.
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Es muy probable que la estrategia revisada del ISIS incluya un nuevo impulso al planeamiento y ejecución de ataques espectaculares en Occidente, como parte de su esfuerzo por llamar la atención y demostrar su resiliencia (…)
El periodista saudí Abdulramán al Rashid presta atención a la crisis norcoreana y la pone en directa relación con el acuerdo suscrito por las potencias mundiales con Irán a cuenta del programa nuclear de la República Islámica. Y afirma que la manera en que Trump gestione la cuestión norcoreana tendrá un impacto sobresaliente en Teherán.
El deleznable acuerdo nuclear iraní, sancionado por la anterior Administración norteamericana, es parcialmente responsable del impulso que está dando Corea del Norte a su programa nuclear.
Irán fue recompensado con 150.000 millones del año por el acuerdo y se las apañó para recuperar fondos retenidos desde los tiempos del sah (…) Asimismo se le garantizaron contratos masivos para desarrollar sus infraestructuras y le fueron levantadas la mayoría de las sanciones internacionales.
La sitiada Corea del Norte también se ha decantado por chantajear al mundo porque ve que es un intercambio provechoso. Y así como Irán amenazó con arrasar Israel, Corea del Norte está amenazando a Japón.
(…)
Irán está observando cómo se desarrollan los acontecimientos porque lo que haga Trump con Corea del Norte envía también un mensaje a Teherán. Trump no es Obama. No mandará regalos a Teherán ni callará ante los insultos. Al menos, eso es lo que pienso.

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