**Tu Madre, La Tierra**
Y un día
escucharás la voz de la tierra, no pienses que has enloquecido, la tierra
suele hablarle a
sus hijos, cuando sus hijos piensan, con justa razón, que el amor
de la tierra es
como el amor de la madre.
Amamos la tierra
como lo hacemos con la madre; porque de ellas venimos y a
ellas nos
consagramos.
La tierra es una
amante exigente, abre sus brazos y nos recibe, con amor y cariño,
nos protege, nos
ofrece su alimento, su educación y la oportunidad de vivir, en ella,
hasta el fin de
nuestros días. Nos permite que hagamos nuestro techo, nuestro
hogar, nuestros
hijos, nuestra vida.
Es una amante
exigente; cuando nota que su existencia corre peligro, es cuando
escuchamos su
voz, firme y clara, exigiéndonos, nuestro pecho, defendiéndola,
del malvado
invasor.
En ese momento es
cuando escuchamos su voz, cuando nos exige nuestro sacrificio,
nuestra vida, en
defenderla con ardor. No pensemos en rehusar esa lucha, para no caer
en la cobardía,
del que huye y comete la traición, a su patria, a su madre, a su honor.
A ustedes,
llamados desertores, espero que mi mensaje les llegue, para que la vida
sea vuestra
vergüenza, escarnio, befa, grosería.
¡ Ya no son
desertores, son traidores a vuestra propia madre ¡ MARIO BEER-SHEVA
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