El enojo a menudo aparece cuando un obstáculo bloquea nuestros objetivos. Si deseamos lograr un objetivo y alguien o algo nos lo impide, tendemos a responder con enojo.
Esto puede ser particularmente problemático para los padres o educadores, cuyo objetivo es inculcar ciertos valores, cualidades o comportamientos a los niños, pero los niños no siempre son receptivos. En esos momentos en los que sus objetivos educativos se ven bloqueados, ya sea debido a una falta de comprensión o a una actitud desafiante, el padre o educador es susceptible a sentir frustración y enojo.
Moshé fue castigado por algo. No sabemos exactamente cuál fue su error. Al estar estancados en el desierto después de casi 40 años, los hijos de Israel se quejaron ante Moshé por la falta de alimento y agua y dijeron que preferían la vida en Egipto antes que esa situación. Dios instruyó a Moshé que le hablara a una roca para que de ella brotara agua. Moshé tomó su vara y le dijo al pueblo: "Escuchen, rebeldes, ¿acaso de esta roca nosotros extraeremos agua para ustedes?". A continuación, golpeó dos veces la roca y comenzó a fluir agua, proveyendo suficiente para que todos pudieran beber. Entonces Dios les dijo a Moshé y a Aharón que no tenían permitido llevar a los israelitas a la tierra, "porque no creyeron en Mi para santificarme ante los ojos de los hijos de Israel".
Hay decenas de explicaciones que tratan de revelar exactamente qué fue lo que hicieron mal Moshé y Aharón. Rashi se enfoca en el hecho de que a Moshé se le instruyó hablarle a la roca y no golpearla. Alternativamente, el Rambán señala que el problema es que Moshé usó la palabra "nosotros" al decir: "extraeremos agua para ustedes". En vez de aprovechar la oportunidad para demostrar los milagros Divinos, Moshé insinuó que él y Aharón eran quienes tenían el poder de hacerlo.
Sin embargo, el Rambam tiene un enfoque diferente, enfocándose en la frase "Escuchen, rebeldes". De acuerdo con el Rambam, esta frase está impregnada de ira. El pecado de Moshé fue responder con enojo a los hijos de Israel. La respuesta enojada era problemática desde la perspectiva del carácter, y él debería haberles respondido con más paciencia. Además, había lugar a un peligro teológico: que los hijos de Israel erróneamente pensaran que si Moshé estaba enojado, también Dios lo estaba, lo cual hubiera sido incorrecto.
Elaborando sobre el enfoque de Rashi, respecto a que la falla de Moshé fue golpear la roca en vez de hablarle, Rav Moshé Feinstein ofrece una poderosa idea educativa. Rav Feinstein sugiere que Dios quiso que Moshé "le hablara a la roca porque quería enseñar la lección de que uno debe decir palabras de Torá y ética incluso a aquellos que aparentemente no las comprenden. Repetir y repasar en definitiva da como resultado que se llegue a entender".
Por ejemplo, los padres "nunca deben perder las esperanzas de educar a sus hijos sólo porque parece que ellos no entienden lo que les dicen". Repetir las ideas y la comunicación constante son esenciales. "Tal como la roca no podía entender, pero finalmente cumplió la voluntad de Dios, por cierto también los seres humanos, aunque ahora parezca que no entienden nada, eventualmente llegarán a comprenderlo".
Si bien Rav Feinstein se basa en Rashi y se enfoca en la importancia de la persistencia ante la desesperación, el mensaje puede amplificarse si agregamos a la mezcla la perspectiva del Rambam sobre el enojo. Como líder y maestro, Moshé tenía aspiraciones educativas respecto a los hijos de Israel. Él quería que estuvieran agradecidos con Dios por haberlos sacado de Egipto y por proveerles lo necesario en el desierto. Sin embargo, después de diversos levantamientos, escándalos y quejas incesantes, no parecía que estuvieran captando el mensaje. Moshé se enojó porque el mensaje no les llegaba y no lograba sus objetivos.
Cuando tenemos valores, rasgos o comportamientos importantes que queremos enseñar a otros, y los mensajes no parecen filtrar, puede ser natural sentirnos frustrados y expresar enojo. Sin embargo, debemos tener paciencia. Debemos apostar a usar una comunicación clara y consistente y ser modelos de la conducta que queremos que sigan los demás.
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