En uno de sus viajes por Europa, el gran líder francés Napoleón Bonaparte condujo a sus tropas por un pequeño pueblo judío. Pasó por una sinagoga donde todos estaban sentados en el suelo llorando y leyendo libritos a la luz de pequeñas velas.
Napoleón le preguntó a su ayudante: "¿Qué es esto?" Se le dijo que el pueblo judío está de luto por la destrucción del Templo (dos veces). "¿Hace cuánto tiempo fue eso?" preguntó, “Dos mil años” fue la respuesta.
Napoleón, asombrado, fue citado diciendo: “Una nación que llora y ayuna durante más de 2000 años por su tierra y el Templo seguramente será recompensada con la tierra y el Templo”.
Tisha B'Av, el noveno día del mes hebreo de Av, es el día más triste del calendario judío. En este día ayunamos, nos privamos y rezamos, mientras lamentamos la destrucción del primer y segundo templo, y muchas otras calamidades que sucedieron a nuestro pueblo a lo largo de la historia en esta fecha.
Nuestra generación tiene la suerte de vivir estos tiempos, juntos en nuestra patria ancestral, en nuestro propio estado independiente; en nuestra capital reunificada Jerusalén.
“Todos los que lloran [la destrucción de] Jerusalén merecerán verla en su alegría” (Taanit 30b)
La menorá del Arco de Tito en Roma, que representa la destrucción de Jerusalén y el exilio del pueblo judío. Hoy, esta menorá es el símbolo nacional del Estado de Israel.
Foto: Amos Ben Gershom
Fuente:
@GPOIsrael
Puede ser una imagen de el Muro de los Lamentos
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