Escuchamos hablar tanto de los Diez Mandamientos, nos sabemos algunos, cumplimos algunos, pero nos olvidamos realmente de su profunda importancia y esencia, que incluso sin pertenecer a una religion especifica, son Valores Universales que cada ser humano deberia poner en practica.
Este es el QUINTO MANDAMIENTO, y he pensado que una buena forma de recordarlo y ojala, aplicarlo, es a traves de un cuento con apariencia "infantil", y sin embargo, con una contundencia que se quedara marcada en tu cerebro.
De ser asi, espero que compartas esta nota con otras personas, lo cual indudablemente constituye una contribucion absoluta para un mundo mejor.
"Honra a tu padre y a tu madre , para que tus días se alarguen en la tierra que el Señor tu Dios te da” ( Éxodo 20:12 ).
EL TAZÓN DE MADERA
"El anciano se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Ya las manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban.
Toda la familia comía junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacían el alimentarse un asunto difícil.
"El anciano se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Ya las manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban.
Toda la familia comía junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacían el alimentarse un asunto difícil.
Los guisantes caían de su cuchara al suelo, y cuando intentaba tomar el vaso, derramaba la leche sobre el mantel.
El hijo y su esposa se cansaron de la situación.
"Tenemos que hacer algo con el abuelo",dijo el hijo."Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer, y tira la comida al suelo".
Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor.
Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de la cena.
El hijo y su esposa se cansaron de la situación.
"Tenemos que hacer algo con el abuelo",dijo el hijo."Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer, y tira la comida al suelo".
Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor.
Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de la cena.
Como el abuelo había roto uno o dos platos, su comida se la servían en un tazón de madera.
De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado sólo.
Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.
El niño de cuatro años observaba todo en silencio.
Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo.
Le preguntó dulcemente: "¿Qué estás haciendo?"
De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado sólo.
Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.
El niño de cuatro años observaba todo en silencio.
Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo.
Le preguntó dulcemente: "¿Qué estás haciendo?"
Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá, para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos."
El chico sonrió afectuosamente y siguió con su tarea".
Imagen: arrugasapreciadas.blogspot.com
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