jueves, 28 de septiembre de 2023

 Otro gran hallazgo

Arqueológico!
Descubren un espejo de bronce de la era helenística.
Los investigadores descubrieron una cueva que, según creen, perteneció a una mujer griega que acompañó a los ejércitos que llegaron a Israel hace más de 2.000 años.
Durante las excavaciones llevadas a cabo en Jerusalem por la Autoridad de Antigüedades (IAA) se descubrió una cueva funeraria perteneciente a una mujer que, supuestamente, acompañó a los ejércitos griegos que llegaron a Israel durante los siglos IV y III a. C..
El equipo de la IAA encontró sus restos calcinados, así como un espejo de bronce asombrosamente bien conservado.
Yossi Nagar, antropólogo del IAA, identificó los restos óseos hallados en la tumba como pertenecientes a una mujer.
Mientras tanto, Guy Stiebel, del Departamento de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv, declaró que el hallazgo constituye "la prueba más antigua de incineración en la región, que se remonta al periodo helenístico".
Junto a los huesos, se hallaron clavos de hierro doblados y, para su sorpresa, descubrieron un espejo de bronce doblado que era una ofrenda funeraria.
"Se trata del segundo espejo de este tipo hallado en Israel hasta la fecha y, en total, se conocen 63 de este tipo del periodo helenístico en todo el mundo", confesó Liat Oz, directora de excavaciones del IAA.
El nivel de artesanía de este espejo es tan alto que se conservó excepcionalmente bien", agregó.
Los investigadores señalaron que este tipo de espejos, encontrados plegados en tumbas y santuarios, son conocidos en el mundo greco-helenístico, y constituyen un distintivo asociado a las mujeres en la antigua Grecia.
Además, solían estar adornados con intrincados grabados de figuras femeninas, en particular la de Afrodita, la diosa griega del amor.
"Este descubrimiento plantea la cuestión de por qué se enterró a una mujer griega en una carretera que conduce a Jerusalem.
El lugar del enterramiento nos intrigó, sobre todo teniendo en cuenta que la información arqueológica sobre Jerusalem y sus alrededores durante el periodo helenístico temprano es casi inexistente", sostuvo Stiebel.
"Los espejos de bronce como el encontrado se consideraban objetos valiosos y podían llegar a manos de las mujeres griegas de dos maneras: como parte de su dote antes del matrimonio o como regalos de los hombres a las hetaerae (compañeras o cortesanas).
Estos espejos simbolizaban las relaciones íntimas que mantenían", explicaron los investigadores.
"Las hetaerae formaban parte de la institución social griega, donde las mujeres, similares a las geishas en Japón, prestaban servicios de compañía social, que no tenían por qué incluir sexo. Algunas se hicieron famosas entre las élites del mundo helenístico.
Mantenían salones literarios y servían de musas posando para las esculturas y pinturas más famosas, que incluso se exhibían en los templos", remarcaron.
"Es razonable suponer que se trata de la tumba de una mujer griega que tuvo relación con altos cargos militares y gubernamentales helenísticos durante la época de las expediciones de Alejandro Magno o, probablemente, durante las Guerras de los Diadocos.
Este es un ejemplo de arqueología e investigación en estado puro", declaró Eli Eskozido, director de la Autoridad de Antigüedades de Israel.
En futuros estudios, los investigadores se centrarán en determinar el lugar exacto en el que se fabricó el espejo, con la esperanza de arrojar luz sobre los antecedentes de la mujer, y las figuras a las que acompañaba.
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