Artificial, injusto, sin historia, enrevesado, xenófobo, hemipléjico, afortunadamente pequeño y de apartheid. Estos calificativos han salido de un artículo de este diario [La Voz de Galicia] dirigidas hacia un país ¿Irán, régimen teocrático que dirige con mano religiosa de hierro a su población, silencia a las mujeres y las reprime hasta morir por el mal uso del velo? ¿Corea del Norte, régimen militarista gobernado por un presidente megalómano y caprichoso que somete a la población bajo amenazas de muerte? No, los calificativos que cuestionan la propia existencia del estado van dirigidos hacia Israel, única democracia plena de Oriente Próximo, donde hay libertad de culto y de expresión, donde las minorías tienen asientos en el Parlamento y donde las mujeres ocupan altos puestos de responsabilidad en todas las áreas.
jueves, 28 de septiembre de 2023
Dedicar a Israel calificativos como artificial, injusto y sin historia, no solo evidencia nulos conocimientos de historia sino que es antisemitismo.
Deslegitimación de su existencia, doble rasero y demonización, los tres elementos de un estigma que animan un discurso de odio que puede preceder y ser usado para la criminalidad de odio hacia este país, su ciudadanía y sus amigos. Así lo recoge la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA, por sus siglas en inglés) de la que forma parte España junto con decenas de países y centenares de organizaciones de todo el mundo.
La IHRA ofrece, a modo de guía, una serie de ejemplos de casos en los que disparar contra Israel es considerado antisemitismo, en la medida que se ataca al país donde el pueblo judío ejerce el derecho fundamental de autodeterminación.
Utilizar un doble rasero contra Israel exigiéndole más que a cualquier país democrático es antisemitismo.
Decir que Israel se construyó «a base de migrantes más europeos que judíos que habían sido arrasados por los trágicos vientos del fascismo» es retorcer la historia, pues esas personas eran lo bastante judías como para ser aniquiladas por el nazismo pero no lo suficiente para sobrevivir y fundar su propio estado.
Defender esta tesis puede dar a entender que el objetivo del autor es negar el derecho de autodeterminación del pueblo judío, lo cual es antisemitismo.
Israel, como el resto de países, tiene luces y sombras, sus políticos aciertan y se equivocan, pero cuando una crítica política se convierte en una demonización y negación del propio estado es antisemitismo.
En febrero del 2019, el presidente francés Emmanuel Macron declaró: «El antisionismo es una de las formas modernas del antisemitismo. Detrás de la negación de la existencia de Israel se esconde el odio a los judíos».
El texto fue publicado por La Voz de Galicia en un artículo de opinión de Carla Reyes y María Royo en representación de la Federación de Comunidades Judías de España, de la Asociación Galega de Amizade con Israel, la Plataforma contra el Antisemitismo, el Movimiento contra la Intolerancia y la Coordinadora Iberoamericana contra el Racismo, el Antisemitismo y la Intolerancia.
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