El Presidente de EEUU se equivocó al insistir en que Israel renuncie a su carta de ocupar la mayoría de Cisjordania sin exigir que los palestinos renuncien a las suyas, el llamado derecho al retorno.
Por Alan M. Dershowitz
20/05/2011
El presidente Barack Obama debe ser elogiado por su énfasis en la seguridad de Israel y su preocupación porque Hamas se esté uniendo a la Autoridad Palestina sin renunciar a sus violento estatuto. Pero el cometió un serio error que inclina la balanza en contra de Israel en cualquier negociación futura. Sin insistir en que los palestinos renuncien a su pretensión absurda de tener a millones de supuestos refugiados "retornando" a Israel como una cuestión de derecho, insistió en que Israel debe entregar todas las áreas capturadas en la guerra de defensa de 1967, con sujeción únicamente a intercambios de tierras.
Esta formulación socava la resolución 242 del Consejo de Seguridad (que jugó un papel muy pequeño en ayudar a esbozar). La Resolución 242, aprobada por unanimidad por el Consejo de Seguridad a raíz de la victoria de Israel en 1967, contempla algunos ajustes territoriales necesarios para garantizar la seguridad de Israel contra futuros ataques. También contemplaba que Israel mantenga el Kotel, el Barrio Judío de Jerusalem y las vías de acceso a la Universidad Hebrea, sin necesidad de intercambios de tierra. Los intercambios de tierra sólo serían necesario para compensar las áreas más allá de las contempladas en la Resolución 242. La formulación de Obama parecería requerir intercambios de tierra, incluso para el Kotel.
Cualquier acuerdo de paz propuesto requerirá que los palestinos renuncien al llamado derecho al retorno, que está diseñado no para la reagrupación familiar, sino para convertir a Israel en otro estado palestino con una mayoría árabe. Como todas las personas razonables saben, el derecho al retorno es un no-iniciador. Es utilizado como una "carta" por los dirigentes palestinos que comprenden que tendrán que renunciar a él si quieren la paz verdadera. Los israelíes también saben que tendrán que poner fin a su ocupación de la mayor parte de Cisjordania (como pusieron fin a su ocupación de Gaza) si quieren la paz verdadera. El error de Obama fue insistir en que Israel renuncie a su carta sin exigir que los palestinos renunciar a las suyas.
El error de Obama es una continuación de un grave error que cometió al principio de su administración. Ese primer error fue exigir a Israel que congele todos los asentamientos. La Autoridad Palestina no había exigido eso como condición para las negociaciones. Pero una vez que el Presidente de los Estados Unidos emitió tal demanda, los dirigentes palestinos no podían ser vistos por sus seguidores como menos que el presidente. En otras palabras, el presidente Obama ha hecho más difícil a los dirigentes palestinos ser razonable. La mayoría de los observadores objetivos ahora reconocen el grave error de Obama en este sentido. Lo que es chocante es que él lo ha cometido nuevamente. Al exigir que Israel entregue todos los territorios que capturó en la guerra de 1967 (con sujeción únicamente a los intercambios de tierra) sin insistir en que los palestinos renuncien a su derecho al retorno, el Presidente ha ido más allá de los negociadores palestinos durante una serie de negociaciones previas. Esto hace que sea más difícil que los dirigentes palestinos sean razonables en sus negociaciones con los israelíes.
No es demasiado tarde para que el Presidente "clarifique" sus declaraciones para que todas las partes entiendan que debe haber una contraprestación - que los palestinos deben renunciar a cualquier derecho a retornar si se espera que los los israelíes consideren seriamente la posibilidad de volver a las fronteras de 1967 (que Abba Eban llamó "las líneas de Auschwitz", debido a que negaban la seguridad real a Israel).
Si el presidente Obama va a desempeñar un rol positivo en llevar a los palestinos y los israelíes a la mesa de negociación, el debe insistir en que no haya condiciones previas a la negociación. Esto significaría que los palestinos ya no insistan en un congelamiento de los asentamientos antes de sentarse a tratar de negociar fronteras realistas. El Presidente ni siquiera pidió a los palestinos regresar a la mesa de negociaciones. Tampoco les pidió abandonar la condición que, en efecto, les hizo adoptar cuando antes el había insistido en el congelamiento.
El Presidente perdió una oportunidad importante en la entrega de su muy esperado discurso. No estamos más cerca ahora de las negociaciones que lo que estuvimos antes del discurso. Mi temor es que estemos un poco más lejos, como resultado de la insistencia parcializada del Presidente en que Israel entregue territorios a los palestinos sin renunciar al derecho de retorno. Yo espero que la visita del Primer Ministro Netanyahu a Washington pueda aumentar las posibilidades de negociaciones significativas. Me gustaría ser más optimista, pero el discurso del presidente no dio motivos para el optimismo. Yo deseo que hubiera sido diferente porque apoyo firmemente una solución de dos estados basada en la voluntad por parte de Israel de entregar los territorios capturados en 1967, junto con la voluntad de los palestinos de reconocer a Israel como la nación-estado del pueblo judío, a renunciar al uso de la violencia y el terrorismo y renunciar a cualquier derecho al retorno.
Fuente: The Jerusalem Post Magazine- Traducido especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba.
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