PARÍS.- La caída de Ramadi, en Irak, y de Palmira, en Siria, dos ciudades de alto valor estratégico, confirmó esta semana que el movimiento jihadista Estado Islámico (EI) está resuelto a acelerar la creación de un bastión en el corazón de Medio Oriente para poner en marcha su proyecto de expansión mundial.
Irak es el centro del gran califato proclamado por EI. Ese país debe servir para concretar sus ambiciones mundiales. La estrategia de la organización islamistase declina en tres círculos concéntricos, según los principales expertos. El primero: el control de Irak y de Siria. El segundo: la expansión a todo Medio Oriente y África del Norte. El tercero: tener a Asia, Europa y Estados Unidos como zonas de perturbación y reclutamiento.
Las etapas siguientes, declamadas por el propio movimiento siguiendo las consignas lanzadas por el Profeta hace 1400 años, incluyen "toda la Tierra, de Este a Oeste".
"El último objetivo de Estado Islámico es una guerra mundial contra los infieles", afirman sus dirigentes.
Por el momento, todo les sonríe. En todo caso, si se suma la célebre ciudad siria de Palmira, ocupada esta semana, parecerían estar ganando la apuesta de construir un Estado propio.
Si bien está lejos de consolidar los cimientos administrativos de ese califato, el grupo terrorista -que cuenta con un ejército multinacional de decenas de miles de combatientes y un tesoro de guerra de cerca de 2000 millones de dólares- se extiende sobre una superficie de 300.000 kilómetros cuadrados, es decir, el equivalente de Gran Bretaña y de Irlanda, y una población de ocho millones de personas, donde controla recursos y cobra impuestos.
Más allá del simbolismo y del peligro que pesa sobre su patrimonio histórico, Palmira abre una nueva ruta hacia Irak. Esa histórica ciudad siria representa también un nudo de comunicaciones, desde donde EI puede lanzar ataques contra Homs, Deir-ez-Zor e, incluso, la mayor ciudad del país, Damasco.
¿La capital siria podría caer en manos de EI? "Toda acción de EI ha sido perfectamente planificada con anterioridad", reconoce David Gauzère, director del Centro de Observación de Sociedades de Asia Central. "Su actual líder, Abu Bakr al-Baghdadi, ya hablaba de la conquista de Siria en una prisión norteamericana en 2006", añade el especialista.
"Todas las acciones llevadas a cabo desde marzo pasado demuestran que EI está ejecutando su estrategia multidireccional", confirma Harleem Gambhir, experta del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW).
Para Gambhir, además de Siria e Irak, ese primer círculo "interior" -considerado el corazón del califato de EI- incluye a Jordania, Israel, los territorios palestinos y el Líbano.
El segundo círculo comprende a las tierras que los árabes controlaron históricamente y que van desde Marruecos en el Oeste hasta Paquistán en el extremo este. Conquistarlas es importante para poder compensar una eventual pérdida de terreno en el círculo interior.
"Por fin, el tercero y más lejano de los círculos concierne al resto del mundo, incluidos Europa, Estados Unidos, el sudeste asiático y el ciberespacio. Aquí EI hace esfuerzos para fomentar todo tipo de acción bélica, incluso una guerra global", precisa.
DESESTABILIZACIÓN
Aunque algunos de esos objetivos se presten a la ironía, los esfuerzos de desestabilización dan sus frutos: atentados suicidas, tsunamis de refugiados, lobos solitarios que actúan en su nombre, infiltración dentro de las fronteras occidentales mediante combatientes nacidos en Europa o Estados Unidos, y la utilización de los medios más avanzados de la tecnología, como las redes sociales, consiguen provocar no sólo miedo y rechazo, sino la estigmatización de todos los musulmanes.
"Es un círculo vicioso: la estigmatización termina llevando incluso a los más moderados a la radicalización. Ergo, a la fractura social", afirma el experto Fabrice Balanche.
En el marco interno, para obtener el apoyo de las poblaciones ocupadas, el proyecto político de EI es pragmático.
"A aquellos sunnitas que deciden someterse a su gobierno, EI les provee seguridad, legislación y orden. Se trata, es verdad, de un Estado genocida y terrorista, pero que funciona", afirma la periodista italiana Loretta Napoleoni en su libro Estado Islámico, multinacional de la violencia.
Lo peor es que los expertos coinciden: ese proyecto político global podría tener éxito.
"Si la coalición internacional continúa limitándose sólo a lanzar ataques aéreos en vez de enviar tropas terrestres, EI seguirá consolidando posiciones. De nada servirán los intentos de frenar en éste u otro país los grupos que le juran fidelidad. Hay que destruir el núcleo de la organización", opina el experto en terrorismo islamista francés Gilles Kepel.
"Pero si los occidentales toman esa decisión, tendrán que quedarse en la región por mucho tiempo y aportar una verdadera solución política. De lo contrario, aun cuando hayan «erradicado» a EI, en cinco años una nueva organización nacerá de sus cenizas", concluye Kepel.
ATAQUE DE LAS FUERZAS IRAQUÍES
- Las fuerzas iraquíes atacaron ayer posiciones de Estado Islámico (EI) al este de Ramadi, en su primera respuesta militar desde la caída de la capital de la provincia de Al-Anbar, hace seis días.
- EI consiguió una serie de victorias en Irak y Siria desde la toma de Ramadi, el 17 de mayo, al conquistar territorios y un puesto fronterizo, que le permitieron extender su zona de influencia. Cerca de Ramadi -capital de la mayor provincia del país, 110 kilómetros al oeste de Bagdad-, las tropas iraquíes lograron reconquistar posiciones de EI, informó el ejército.
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