lunes, 7 de mayo de 2012

Complice en asesinato de Rabin sale de la carcel orgulloso por lo que hizo

Hagai Amir, hermano de Ygal Amir, que en 1995 asesinó al primer ministro Itzjak Rabin (foto), salió de prisión tras cumplir 16 años y medio de condena, casi todos por complicidad en un magnicidio del que dice sentirse "orgulloso". "No me arrepiento. Estoy orgulloso de lo que hice", dijo Hagai Amir mientras hacía el signo de la victoria al salir de la cárcel de Ayalón, cerca de Ramle, donde cumplió la mayor parte de su condena en régimen de aislamiento. Su padre y su madre le esperaban fuera de la cárcel, así como medio centenar de activistas tanto de la derecha nacionalista como del partido de izquierda Meretz y del movimiento juvenil de izquierda sionista "Noal", que portaban pancartas con el lema "Ni perdonamos ni olvidamos". Hagai Amir se dirigió luego a Shavei Shomron, un asentamiento judío cerca de Nablus, en el norte de Cisjordania (Judea y Samaria), para celebrar su excarcelación con familiares durante el fin de semana y adonde se han desplazado para la ocasión sus padres, que viven en Herzliya, al norte de Tel Aviv. Allí fue recibido por los familiares con una colorista pancarta de bienvenida y aplausos que le arrancaron una sonrisa. Cuando los periodistas le pidieron una declaración, respondió con desdén: "Ustedes son todos iguales, cooperan con la autoridad". Otros residentes del asentamiento han rechazado la presencia de Hagai Amir, han colocando pancartas con leyendas como "No matarás" o "El asesinato no es nuestro camino". Mientras Yigal Amir fue condenado a cadena perpetua como autor material del magnicidio, su hermano fue sentenciado a 16 años de cárcel por conspiración para cometer un asesinato y posesión de armas de fuego. En 2006 se le añadió un año extra de condena por amenazar al entonces primer ministro, Ariel Sharon, al conocer sus planes de evacuar la franja de Gaza, que materializó entre agosto y septiembre de 2005. Hagai Amir iba a salir de prisión hace unos meses porque la cárcel de Ayalón estaba al límite de sus capacidad, pero la excarcelación de más de mil terroristas palestinos en el canje del pasado noviembre por el soldado Gilad Shalit lo hizo innecesario. Su puesta en libertad ha generado reacciones de tristeza. Dalia Rabin, hija del jefe de Gobierno asesinado, declaró que gente como Hagai Amir debería pasar toda su vida en prisión. "Mis sentimientos personales son duros y no tengo interés en compartirlos. En el caso del asesinato de un primer ministro no le corresponde a la familia juzgar, sino a la sociedad. Creo que un liderazgo responsable en el Estado de Israel tiene la obligación de decir su parte: que el lugar de gente como esa está para siempre entre rejas o al menos deben ser rechazados", afirmó. Una de las nietas de Rabin, Noa Rothman, escribió en su perfil de Facebook: "Han pasado 16 años y medio y es tan doloroso y ofensivo como si fuera ayer (...) Me morderé los labios y también lo hará mi familia. Respetaremos nuestra democracia y la defenderemos con la esperanza de que un día haga lo mismo por nosotros". Fuera de la prisión, el secretario general de Meretz, Dror Morag, opinó que Hagai Amir "aún no ha pagado su deuda con la sociedad" y recordó que en su paso por la cárcel "nunca ha lamentado sus acciones", pero sí ha contado "con el apoyo de rabinos y otra gente que cree en él". Por su parte, Eyal Mutner, de "Noal", subrayó que los hermanos Amir "no son algo fuera de la común", pues "hoy en día hay mucha gente que comparte el mismo punto de vista extremista y pone la religión y la ley religiosa judía por encima de la democracia". El rabino jefe ashquenazí, Yona Metzger, calificó de "vergonzosas e impertinentes" las palabras de orgullo sobre su papel en el asesinato, mientras que la líder del Partido Laborista, Shely Yajimovich, sintió náusea y asco" al ver a Amir hacer el signo de la victoria. Por el contrario, uno de los principales líderes extremistas de los asentamientos, Noam Federman, dijo que organizará una "fiesta" para Amir y le recibirá "con calor". "Rabin causó las muertes de miles de judíos (al firmar los Acuerdos de Oslo con los palestinos, en 1993). No apoyo el asesinato, pero todavía hoy no derramo lágrimas por él", agregó. Itzjak Rabin, uno de los personajes clave en la historia de Israel y junto con el actual presidente del Estado, Shimón Peres, arquitecto del proceso de paz con los palestinos que comenzó con los acuerdos de Oslo de 1993, fue asesinado el 4 de noviembre de 1995 en Tel Aviv, cuando acababa de terminar una alocución en un mitin convocado en favor de la paz. EFE y Aurora