jueves, 14 de febrero de 2013

ACTUALIDAD

ESCRITO POR Carl Boz Hoy tengo ganas de llorar. Pero hay mucho que hacer. Cuando vemos imágenes crudas de Auschwitz, cuando confrontamos la perversa frase “Arbeit macht frei”, cuando leemos a Primo Levi, y en tantas otras situaciones nos invade una multitud de sentimientos: angustia, dolor, congoja, sensación de impotencia. Cuando lei “Quien es ésta?” en relación a Laura Ginsberg entendí a través de esas tres palabras que la impunidad no sólo se compra sino que también se le asignan nuevos ropajes: un paso adelante, una solución. Solución? Si algo me recuerda esta “solución” debatida en Senadores es la ominosa “solución final”. Pero recuerdo por ejemplo la actitud en otros países, la de Dinamarca bajo el Tercer Reich, donde logró “salvar” de una muerte segura a la gran mayoría de quienes iban a ser enviados en trenes a los campos del Este. Los “justos”, sin importar la religión sabían que la vida humana no se negocia. Ni por un poco de exportaciones ni por un poquito de petróleo. Y esa es la actitud que, al menos como pueblo tenemos que tomar. La de los “justos”, los que perseveran aún frente a la mentira descarada. Los que ven políticos con las manos manchadas de sangre y piensan que algo hay que hacer. Con mesura. Pero sin claudicaciones. Y para los millones de compatriotas que piensan “esto no tiene que ver conmigo”, no se dejen engañar. No hagan propio el “por algo será”. La sangre de esa mañana de 1994 era sangre de la Argentina hospitalaria que recibió millones de inmigrantes. Ah, por si se preguntan que soy (porque siempre está esa pregunta rondando): soy goy. Pero eso no importa. No es cuestión de “hoy todos somos judíos”. Se trata de “hoy, mañana y por siempre somos seres humanos”. Humanos con dignidad y humanos ante el oscurantismo.