jueves, 21 de febrero de 2013

Hezbollah desenmascarado

Hezbollah desenmascarado Por Thomas E. Donilon* The New York Times 17 de febrero, 2013 El 5 de febrero, luego de más de seis meses de investigaciones, el gobierno búlgaro declaró que creía que Hezbollah era responsable del atentado de julio pasado, en el que asesinaron a cinco turistas israelíes y un conductor del ómnibus búlgaro, e hirieron a una decena de personas, en la ciudad turística de Burgas. Ese informe resulta significativo ya que un estado miembro de la Unión Europea, Bulgaria, señaló con el dedo, de forma explícita, a Hezbollah y descorrió el velo sobre las continuas actividades terroristas del grupo. Europa ya no puede ignorar la amenaza que este grupo representa para el Continente y el mundo. El atentado en Burgas fue vil y despreciable. Los turistas israelíes acababan de arribar al aeropuerto de la ciudad y estaban abordando el bus para la costa del Mar Negro. Un joven de incógnito siguió los movimientos de los turistas, y colocó un bolso con un dispositivo explosivo en el compartimento de carga del bus y, luego, se fue. El dispositivo explotó, matando a seis personas, así como también al suicida. La muerte de quien colocó la bomba, probablemente, no formaba parte del plan original de Hezbollah. El grupo siempre intentó emplear una estricta seguridad operativa, y nunca tuvo la intención de que su participación, en este atentado, fuese revelada. Pero la evidencia recuperada del cuerpo del suicida incluía una cédula de identificación falsa de Michigan, producida en el Líbano. En otra parte de Bulgaria, los investigadores descubrieron que los involucrados utilizaron otras dos cédulas de identificación falsas de Michigan. Esto los llevó a los verdaderos nombres de los dos cómplices del suicida. Habían viajado a Bulgaria utilizando pasaportes australianos y canadienses y, luego, regresaron al Líbano usando una ruta más larga para ocultar su rastro. Luego de compartir información con funcionarios de seguridad australianos y canadienses, el gobierno de Bulgaria declaró que creía que, ambos funcionarios, estaban ligados al ala militar de Hezbollah. De no haber sido por la muerte accidental del suicida, hubiese sido muy probable que aún existiera un debate sobre quién llevó a cabo este terrible atentado. Pero la investigación búlgara demostró al mundo, una vez más, lo que Hezbollah trató de ocultar durante años: que sigue involucrado en atentados terroristas internacionales contra civiles. Hezbollah ganó notoriedad, por primera vez, en 1983, luego de bombardear la Embajada de los Estados Unidos en Beirut – un atentado que costó la vida a 63 personas. Poco tiempo después, Hezbollah atacó los Cuarteles de la Marina americana y francesa en Beirut, matando a 241 miembros del servicio americano y 58 franceses, con uno de los dispositivos explosivos más grandes que alguna vez detonasen en un atentado terrorista. A lo largo de los años 1980 y 1990, el grupo llevó a cabo raptos y secuestros de aviones, dos atentados en Buenos Aires, varios en París y un intento de atentado en Bangkok. En 1996, colaboró en el atentado de las Torres Khobar en Arabia Saudita, que asesinó a 19 americanos. Gracias a su récord sangriento, en 1997 Hezbollah se encontraba entre los primeros grupos agregados a la lista de organizaciones terroristas extranjeras del Departamento de Estado. Durante la última década, Hezbollah trabajó, con dedicación, para ocultar su linaje terrorista y convencer al mundo que sólo estaba á interesado en la política, proporcionando servicios de bienestar social, y defendiendo al Líbano. Pero es una ilusión hablar de Hezbollah como un actor político responsable. Hezbollah sigue siendo una organización terrorista y una fuerza desestabilizadora a través del Medio Oriente. Desde el 2011, el grupo asesinó a civiles en Bulgaria, vio interrumpidas sus actividades en Chipre y Tailandia, y trabajó para planear atentados en otros lugares. Está apoyando al brutal régimen de Bashar al-Assad en Siria; y actúa como aliado del Cuerpo de Guardias Revolucionarios Islámicos de Irán en la región y más allá de ella. Al hacerlo, Hezbollah está poniendo en riesgo el bienestar del Líbano y de su pueblo. Ahora que las autoridades búlgaras expusieron la agenda terrorista mundial de Hezbollah, los gobiernos europeos deben responden con rapidez; deben interrumpir sus redes operativas, detener el flujo de ayuda financiera al grupo, tomar medidas severas contra las iniciativas criminales ligadas a Hezbollah, y condenar a los líderes de la organización por su continua actividad terrorista. Los Estados Unidos aplauden a aquellos países que reconocen la naturaleza vil de Hezbollah y que ya condenaron al grupo por el atentado en Burgas. Europa ahora debe actuar, de manera colectiva, y responder con firmeza ante este ataque dentro de sus fronteras, agregando a Hezbollah a la lista terrorista de la Unión Europea. Ese es el próximo paso para garantizar que Burgas sea la última operación exitosa de Hezbollah en suelo europeo. *Thomas E. Donilon es asesor de seguridad nacional del Presidente Obama.