¡NO LO PERMITAS!
No permitas que me acostumbre a las cosas de este mundo.
Porque sé que no soy de aquí, y estoy de paso.
*
No permitas que la memoria de mi alma se desvanezca lentamente.
Porque sé que procedo de un mundo espiritual.
*
No permitas que se debilite mi identidad de exiliado terrenal y de extranjero existencial.
Porque mi patria son los mundos espirituales de los que proviene mi alma.
*
No permitas que me crea que estoy yendo hacia algún lado.
Porque sé que el único camino verdadero es el que me conduce de regreso a Casa.
*
No me permitas caer en la trampa, porque mi único anhelo eres Tú, presentarme ante Ti y fundirme con Tu Luz.
*
Y en esta noche jerosolimitana no existe la duda o la vacilación: sé por dónde no, sé lo que me aleja y también lo que me aproxima.
¡Por favor, enséñame el camino de retorno!
Es lo único, lo único que pretendo.
Y quién, si no Tú, conoces las profundidades de mi frágil corazón.
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