80 AÑOS DEL COMIENZO DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA-milim cultural
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El 18 de julio se han cumplido 80 años del
inicio de la Guerra Civil Española.
Esta historia comenzó cuando una fracción del ejército español asentado en Marruecos, con algunos de los generales más influyentes dirigido por el general Francisco Franco, se levantó contra el gobierno republicano democráticamente elegido, presidido por Manuel Azaña. España, dividida en lo profundo de sus entrañas entre republicanos y nacionalistas, padeció una terrible guerra, donde la división atravesó toda una sociedad, donde se enfrentaron ideologías, valores, familias y poblaciones enteras.
Una de las causas de este feroz enfrentamiento fue el rechazo de la clase alta a aceptar cualquier cambio y modificación de su status, rechazó al régimen democrático que ponía en cuestión sus privilegios y todo el andamiaje que colaboraba en su sostenimiento, como era el caso de la iglesia católica y el de las fuerzas armadas en gran parte. Esta guerra duró tres años, su prolongación en el tiempo se debió a la ayuda y participación extranjera. Ninguno de los dos bandos en lucha, especialmente el de los franquistas, contaban con los recursos suficientes para una lucha que pudiera prolongarse más allá de tres meses de combate como máximo.
La ayuda con que contaron los republicanos fue la proporcionada por la Unión Soviética y los miles de brigadistas que llegaron de todo el mundo para derrotar al fascismo encarnado en el bando revolucionario. Este, por su parte contó con la ayuda de Italia y Alemania, que allí probaron sus nuevas armas y entrenaron a sus soldados para la guerra que preparaban.
Puede decirse que esta guerra fue el prólogo que permitió la terrible conflagración que estallaría en 1939, el nazifacismo comprobó que sus avances y abusos en su marcha hacia el totalitarismo no suscitaron ninguna reacción, especialmente en las naciones europeas más importantes y tampoco en los Estados Unidos. El 18 de julio de 1936 los militares más conservadores del Ejército español se levantaron en armas contra la República. Este acto significaba el fin del experimento democrático realizado en España desde abril de 1931 y el comienzo de la Guerra Civil Española.
A comienzos de la Guerra Civil, en España vivían cerca de 6.000 judíos, la mitad de ellos había nacido en España o ya vivían allí antes de la proclamación de la Segunda República, la otra mitad se componía de refugiados que huyeron de Alemania ni bien el nazismo accedió al poder, en 1933 (en esa época España era uno de los pocos países que daban refugio a los judíos). La mayor parte de estos judíos se establecieron en Barcelona donde crearon la Judischer Kulturbund ("Liga de la Cultura Judaica"), asociación cultural de izquierda, ligada al comunismo ortodoxo catalán.
Los judíos, de todos los orígenes y de la izquierda en gran parte, pero también simpatizantes liberales, participaron de esta gesta porque comprendieron la amenaza que se avecinaba. Los criterios para definir el judaísmo de los involucrados, especialmente de quienes eran comunistas, fueron determinados por el origen familiar, y en numerosos casos por la autoidentificación de los combatientes de esasBrigadas Internacionales. Estos brigadistas fueron a luchar porque habían comprendido que lo que se avecinaba era tan peligroso y letal como se mostró luego en la orgía de muerte que se desató con la Segunda Guerra Mundial.
Recordar aquellos tiempos, rendirles homenaje significa también echar una mirada de profunda nostalgia por aquellos tiempos donde tanta gente fue a luchar, dando sus vidas por aquellos valores en los que creían, con gran generosidad y entrega. Se considera que luego de los franceses, los judíos fueron el grupo más numeroso.
Numéricamente los judíos fueron el segundo contingente de extranjeros presente en las Brigadas Internacionales, después de 8.500 franceses. Se deducen de esta cifra los 1.043 judíos comprendidos en el contingente francés, que fue el más numeroso. La presencia de los judíos fue no solo importante numéricamente, también lo fue cualitativamente.
Los voluntarios de Eretz Israel
Las autoridades mandatarias en Eretz Israel apoyarían esta opción poniendo incluso en libertad a algunos militantes encarcelados por sus actividades políticas, a cambio de que se marcharan como voluntarios a los frentes españoles. En total, el número de eretz-israelíes, es decir, de combatientes que llegaron a España procedentes de Palestina o que estaban estudiando temporalmente en Europa, se calcula en unos 180, incluidos unos 13 armenios, 6 árabes y un ruso cristiano.
Muy importante fue la participación judía al servicio de la Sanidad Militar de la República que en el momento de la revuelta de los generales había permanecido con tres de las ocho divisiones médicas del ejército y precisamente con aquellas de Madrid, Barcelona y Valencia, esta fue una gran demostración de su fidelidad a la causa republicana.
Se estima que el setenta por ciento del personal médico estaba integrado por judíos.Hubo 127 médicos judíos instalados en los hospitales próximos a las líneas y entre las de las de retaguardia se cuentan 12 mujeres. Algunos de ellos obtuvieron cargos de prestigio como el norteamericano Edward K. Barsky, director del Servicio Sanitario en la zona catalana. También entre las 600 enfermeras se contaron numerosas judías, se sabe, por ejemplo, que 25 vinieron de los Estados Unidos y 26 de Bélgica, el idish fue el idioma utilizado para comunicarse en las mesas de cirugía y en las salas de los diferentes hospitales.
Judíos fueron dos de los más famosos corresponsales de guerra como Robert Capa y su compañera Gera Taro, muerta en el curso del conflicto. Dentro de las Brigadas la alta proporción de judíos llegaron de Polonia, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Canadá y Palestina. También llegaron 22 sionistas de Palestina a España, eran miembros del Hapoel.
El mayor número de judíos llegó de Polonia y luego de Estados Unidos. Durante la guerra se publicó un diario en idish, El primer número del Freiheits Kämpferapareció el 7 agosto de 1937, fueron publicados seis números. Otros combatientes de origen judío llegaron también de la Argentina y del Uruguay. En el folleto escrito por el veterano judío Albert Prago, éste relata que entre los voluntarios judíos había al menos 36 voluntarios de Yugoslavia y 17 de Bulgaria, entre ellos judíos sefardíes y el que luego fue el muy reconocido antropólogo John Murra, de origen rumano, nacido en Odessa (actual Ucrania) en 1916.
Prago contó la historia, perfectamente documentada, de Ezekiel Pikar, que en 1930 fue enviado por la Haganá a Londres para aprender a volar, al poco tiempo después de que obtuviera la licencia de piloto estalló la Guerra en España, Pikar se fue para allí y se presentó como piloto, volando en la escuadra de Andre Malraux. Cuando su bando perdió la guerra marchó al Asia donde luchó contra los japoneses en China. Luego persuadido por uno de sus camaradas de la Haganá para retornar a Palestina se integró al Palmaj, el brazo armado de la Haganá.
Entre los brigadistas también se encontraba el judío negro norteamericano Aaron Johnson y el judío chino Chi Chano. El músico judío de origen ucraniano también integrante de la Brigada Lincoln, Lan Adomian compuso algunas de las canciones republicanas más representativas de ese tiempo, entre las numerosas historias de los combatientes están la de Sammy Nahman (Manny Harriman) Manny, dos veces herido, luchó en el Batallón Lincoln. Era descendiente de Nahmanides, su antepasado directo según la tradición familiar, protagonista de la famosa disputa teológica por orden real en Tortosa, Cataluña. También la de Abraham Sassonquién fue un antiguo alumno de un orfelinato judío de Brooklin, caído en acción, sus antiguos compañeros organizaron una velada en su honor así como de otros compañeros muertos también caídos en combate
Antiguos brigadistas judíos fueron prominentes líderes de los movimientos de la Resistencia a través de Europa así como de la Orquesta Roja, la más importante operación llevada a cabo por la Inteligencia de las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial. Con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939, algunos brigadistas judíos en los campos, junto con otros extranjeros judíos que vivían en Francia, se unieron a las fuerzas militares francesas. El hecho es que la mayoría de los brigadistas prisioneros en los campos vieron sellado su destino con la caída de Francia en poder de la Alemania nazi en 1940.
Los franceses colaboracionistas de Vichy transfirieron a los prisioneros que quedaban bajo el control de los nazis quienes los deportaron junto con otros españoles republicanos capturados mientras servían en la armada francesa, a los campos de la muerte, en Alemania, Austria y Polonia. Muy pocos de ellos sobrevivieron.
Antiguos brigadistas judíos fueron prominentes líderes de los movimientos de la Resistencia a través de Europa así como de la Orquesta Roja, la más importante operación llevada a cabo por la Inteligencia de las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial. Muchos brigadistas judíos que vivían en la Unión Soviética cuando los nazis la invadieron se unieron a la Armada Roja o a las fuerzas de la retaguardia polaco-soviética capitalizando sus contactos en los territorios ocupados. Algunos luego de haber sido entrenados por el veterano judío Henryk Torunczyk de la Guerra Civil Española se lanzaron en paracaídas detrás de las líneas enemigas.
El Mausoleo del Fossar de la Pedrera de Barcelona, es el lugar donde Franco hizo inhumar en una enorme fosa común a los cuerpos de los republicanos catalanes fusilados en el período que va desde 1939 hasta 1945. Entre otras lápidas conmemorativas hay una dedicada a los judíos " Homenaje a los héroes judíos caídos entre los 7000 judíos voluntarios de todos los países combatientes de la libertad en España”.
El monumento del cementerio de Montjuich (Barcelona) en honor de los brigadistas judías tiene la forma de una Estrella de David, se inauguró en 1990 por iniciativa de un grupo de brigadistas judíos, encabezados por Bernard (Dov) Lieberman con esta inscripción: "A todos los voluntarios judíos combatientes caídos en España".
En el cementerio de Fuercarral en Madrid, se colocó una gran estrella de mármol, en sustitución de aquella destruida por Franco, "In memoriam. Aquí yacen los voluntarios judíos, heroicamente caídos en Madrid en el transcurso de la Guerra Civil Española en defensa de la libertad (1936-1937) La vuestra y la nuestra!". Esta lápida fue inaugurada en 1988 en el cementerio de Fuencarral, Madrid con la presencia de Shlomo Ben Ami, en ese momento embajador de Israel en España, Salman Salzman, presidente de la Asociación de voluntarios de las Brigadas Internacionales en España (1936-1939) y un representante del ayuntamiento de Madrid. La lápida lleva el nombre de quince combatientes caídos en la defensa de la capital, a los que se añadieron posteriormente otros cuatro.
Estos judíos que tan valiente y desinteresadamente lucharon por la libertad y contra el fascismo, merecen el recuerdo y el homenaje de nuestro recuerdo.
! No los olvidaremos !
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domingo, 31 de julio de 2016
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