por Douglas Murray • 6 de Julio de 2016
El reciente tiroteos en el club Pulse de Orlando ya ha empezado a quedar sepultado en el ciclo informativo. La conmoción por el peor tiroteo masivo en la historia de Estados Unidos –en el que murieron 49 personas y resultaron heridas aún más, 53– ha quedado empañada por varios elementos de distracción. Así, ha habido esta vez un debate sobre las leyes de armas de Estados Unidos y especulaciones sobre la sexualidad del atacante.
Se ha discutido sobre esos asuntos en todas las direcciones, y sin duda eso debe formar parte de cualquier debate. Pero lo más importante, y lo que más se ha tapado –como suele ocurrir–, ha sido la motivación religiosa del asesino. Vale la pena extenderse en este punto y en la respuesta recibida, que revela un esfuerzo concertado en no aprender de los acontecimientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.