viernes, 22 de julio de 2016

Sabina es una de aquellas niñas del Holocausto que aún hoy sufren las consecuencias de esos horrores. Entrá en http://goo.gl/PqO6Dz y mandá un mensaje de apoyo a aquellos que forman parte de los planes de Fundación Tzedaká.
Ella lo relata así: “Era algo tan tremendo el gueto de Varsovia… pasábamos hambre, frio, sin agua, sin bañarnos… ya ni hablar podíamos.
Cuando uno tiene hambre, pasa mucho tiempo hambre, comería las paredes; y está desesperado”.
“Pusieron toda mi familia ahí, y a mi también y empezaron a matar. Mi madre empezó a gritar pidiendo por sus hijos. El nazi se enfureció, la agarró por los pelos y la tiró a un pozo con cal. Mi padre cayó muerto sobre mi. Con su sangre, él me salvó a mi”.

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