"La persecución anticristiana se produce, evidentemente, en países de mayoría musulmana. Según la Lista de Observación de 2019 (WWL) de Open Doors, que recoge los 50 países donde los cristianos son más perseguidos, 'la opresión islámica sigue afectando a millones de cristianos'. La 'opresión islámica' es la causa de la persecución en siete de los diez peores países en este rubro. 'Esto significa para millones de cristianos, en particular para los que se criaron como musulmanes o nacieron en familias musulmanas, que seguir abiertamente a Jesús puede tener penosas consecuencias'. Como la muerte"
“La persecución de los cristianos, ‘casi en niveles de genocidio’”, se titulaba un reportaje de la BBC emitido el pasado día 3 que remitía a un extenso estudio encargado por el secretario británico de Exteriores, Jeremy Hunt, y dirigido por el reverendo Philip Mounstephen, obispo de Truro (Canterbury).
Según el reportaje de la BBC, uno de cada tres habitantes del planeta sufre persecución religiosa, y el de los cristianos es “el grupo religioso más perseguido”. “La religión está ‘en riesgo de desaparición’ en algunas partes del mundo, y en ciertas regiones se podría decir que el nivel y la naturaleza de la persecución se está acercando a la definición internacional de genocidio adoptada por la ONU”.
El reportaje incluye unas declaraciones del secretario Hunt preguntándose por qué los Gobiernos occidentales se han “dormido” ante esta acuciante epidemia:
Creo que se da la errónea preocupación de pensar que es en cierto modo colonialista hablar de una religión [el cristianismo] que se asoció con las potencias coloniales en vez de con los países donde entramos como colonizadores. Eso quizá ha generado incomodidad al hablar de este problema. El papel de los misioneros también ha sido siempre controvertido, y eso, creo, también ha llevado a algunas personas a querer rehuir la cuestión.
Al margen de los méritos de ese razonamiento, el hecho es que muchos de los cristianos más perseguidos no tienen nada que ver en absoluto con el colonialismo o los misioneros. Los que más se enfrentan a la amenaza del genocidio –empezando por los asirios de Siria e Irak y los coptos de Egipto– eran cristianos varios siglos antes de que los antepasados de los colonizadores de Europa se hicieran cristianos y empezaran a hacer labores misioneras.
El reportaje de la BBC subraya que la “corrección política” es especialmente responsable de la indiferencia de Occidente, y de nuevo cita a Hunt en este punto:
En esta atmósfera de corrección política, nos hemos olvidado de que los cristianos que están siendo perseguidos se encuentran entre los pueblos más pobres del planeta.
Irónicamente, aunque el reportaje de la BBC tiene todo un epígrafe titulado así y dedicado al impacto de la “corrección política”, también sucumbe a esta patología occidental. Aunque hace un buen trabajo al subrayar el problema, no dice nada sobre las causas: ni una palabra sobre quién está persiguiendo a los cristianos ni por qué.
La persecución anticristiana se produce, evidentemente, en países de mayoría musulmana. Según la Lista de Observación de 2019 (WWL) de Open Doors, que recoge los 50 países donde los cristianos son más perseguidos, “la opresión islámica sigue afectando a millones de cristianos”. La “opresión islámica” es la causa de la persecución en siete de los diez peores países en este rubro. “Esto significa para millones de cristianos, en particular para los que se criaron como musulmanes o nacieron en familias musulmanas, que seguir abiertamente a Jesús puede tener penosas consecuencias”. Como la muerte.
Entre los países más represores del cristianismo encontramos aquellos que se rigen por la sharia, que académicos como John Esposito, de la Universidad de Georgetown, insisten en que esequitativa y justa. En Afganistán (en el puesto nº 2 de la WWL) “no se permite la existencia del cristianismo”, dice Open Doors, porque “es constitucionalmente un Estado islámico, lo que significa que los funcionarios, los líderes de los grupos étnicos, los oficiales religiosos y los ciudadanos son hostiles” a los cristianos. En Somalia (nº 3), “la comunidad cristiana es pequeña y vive bajo la amenaza constante de ser atacada. La sharia y el islam están consagrados constitucionalmente, y la persecución de los cristianos casi siempre conlleva violencia”. En Irán (nº 9), “la sociedad está gobernada por la ley islámica, lo que significa que los derechos y posibilidades profesionales de los cristianos están gravemente coartados”.
Es igualmente elocuente el hecho de que 38 de los 50 países listados en la WWL son de mayoría musulmana.
Tal vez la BBC sucumbió al silencio en lo relacionado con lo que mueve a la persecución anticristiana –es decir, que irónicamente sucumbió a la “atmósfera de corrección política” que ella misma destaca– porque no recurrió a la WWL para elaborar su reportaje. El problema de esta interpretación es que el estudio en el que sí se basó la BBC, el del obispo de Truro, rebosa de palabras relativas al motor de la persecución anticristiana. Así, las palabras islam e islamistaaparecen en él 61 veces, y musulmán, 56.
Estas son algunas de las citas más significativas del informe del obispo de Truro:
– “Donde la persecución de los cristianos es quizá más virulenta es en la cuna del cristianismo: Oriente Medio y el norte de África”.– “En países como Argelia, Egipto, Irán, Irak, Siria y Arabia Saudí, la situación de los cristianos y otras minorías ha alcanzado un estadio alarmante”.– “La erradicación de los cristianos y otras minorías que sufren ‘la espada’ u otras coacciones violentas se reveló el objetivo específico y declarado de organizaciones extremistas [islámicas] en Siria, Irak, Egipto, el noreste de Nigeria y Filipinas”.– “Hay una violencia masiva que se expresa con regularidad por medio de atentados contra iglesias, como ha ocurrido en Egipto, Pakistán e Indonesia”.– “La mayor amenaza individual para los cristianos [en Nigeria] (…) provino de la organización miliciana islamista Boko Haram, y hay informes de los servicios de inteligencia de EEUU que indican que, en 2015, 200.000 cristianos corrían el riesgo de ser asesinados (…) Entre los más afectados estaban las mujeres y niñas cristianas, ‘secuestradas y obligadas a la conversión, al matrimonio forzoso y al abuso sexual y la tortura’”.– “El intento de borrar toda prueba de la presencia cristiana [en Siria, Irak, Egipto, el noreste de Nigeria y Filipinas] quedó claro en la retirada de cruces, la destrucción de edificios cristianos y otros símbolos eclesiásticos. El asesinato y secuestro de miembros del clero representó un ataque directo a la estructura y los líderes de la Iglesia”.– “El cristianismo se enfrenta ahora a la posibilidad de ser erradicado de algunas partes de Oriente Medio (…) En Palestina, los cristianos son menos del 1,5% [de la población]; en Siria, la población cristiana se ha reducido de los 1,7 millones de 2011 a menos de 450.000, y en Irak se ha desplomado desde el millón y medio de antes de 2003 a menos de 120.000. El cristianismo está en riesgo de desaparecer, lo que representa un inmenso revés para la diversidad de la región.
Hay que felicitar a la BBC por informar (por fin) de este urgente problema, aunque sea con tres años de retraso. Como observa correctamente el informe del obispo de Truro,
en 2016, varios cuerpos políticos, como el Parlamento británico, el Parlamento Europeo y la Cámara de Representantes de EEUU, declararon que las atrocidades perpetradas por el ISIS contra los cristianos y otras minorías religiosas, como los yazidíes y los musulmanes chiíes, pasan la prueba del genocidio.
Al menos parece que la BBC ha dejado de quitar importancia al espectro de la persecución anticristiana, como sí hizo en 2013, justo cuando estaba alcanzando el punto de ebullición.
© Versión original (en inglés): Gatestone Institute© Versión en español: Revista El Medio
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