miércoles, 29 de mayo de 2019

El Tottenham, que jugará su primera final de Champions en Madrid, después de haber sido campeón de la Copa de la UEFA en 1972, en su primera edición, y 1984, ha levantado su nuevo estadio justo al lado de donde se ubicaba el antiguo, en White Hart Lane. El Arsenal tuvo que dejar el entrañable Highbury y edificar el Emirates Stadium, a unos minutos de distancia, en Ashburton Grove, para impulsar su crecimiento como club global. El Chelsea, con el estadio de menor aforo, planea algo similar. En los tres casos ha resultado clave para el éxito el capital judío. Lo son David Levy y Roman Abramovich, propietarios del Tottenham y el Chelsea, respectivamente, y lo era el hombre que impulsó la construcción del Emirates para el Arsenal, Danny Fiszman, antes de vender el club y fallecer, en 2011.

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