"Mi abuelo fue el primero en irse.
Había sido deportado, esposado, en un barco que zarpaba hacia Italia.
Mis dos abuelos eran miembros de una organización clandestina sionista que operaba en Egipto.
Enseñaban a los niños a hablar hebreo, organizaban actividades que fomentaran el pensamiento sionista entre los jóvenes, e incluso escribieron un boletín sionista, que distribuían entre los miembros del movimiento.
Un día, las listas secretas que contenían los nombres de todos los miembros del grupo clandestino cayeron en las manos equivocadas, y pronto se encontraron en una prisión egipcia. Cualquiera que tuviera ciudadanía extranjera, como mi abuelo, era expulsado. Otros permanecieron tras las rejas durante mucho tiempo.
Pero hubo un nombre en la lista que la policía egipcia no pudo encontrar.
Un miembro de la clandestinidad que seguía prófugo: Tony.
Mi abuelo dijo que incluso cuando trataron de obligarlo a revelar el escondite de Tony, no lo dijo.
Los egipcios buscaban a un hombre.
No sabían que Tony era en realidad una mujer.
Tony es mi abuela".
Foto: El abuelo Yitzhak y la abuela Tony, poco antes de su éxodo de Egipto. Alejandría, 1953.
National Library of Israel
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