UNA ESTRATEGIA PARA CONTRAATACAR A IRAN
Atacar a los líderes clave, apoyo militar e infraestructura financiera, como hizo Estados Unidos con el ISIS.
traducido por Marcela Lubczanski
Por David Asher
Octubre 10, 2024
En represalia por los ataques recientes por parte de Irán y sus satélites, Israel está discutiendo según se informa un ataque contra las plantas de energía iraníes. Este enfoque podría ser contraproducente. La infraestructura energética de Irán será una clave para el surgimiento eventual de un régimen alternativo allí. La tarea crucial es responsabilizar al régimen actual.
Como dijo el Primer Ministro Benjamin Netanyahu a la Asamblea General de Naciones Unidas el 27 de septiembre, "la maldición del 7 de octubre comenzó cuando Hamas invadió Israel desde Gaza, pero no terminó allí. Israel enseguida fue forzada a defenderse en seis frentes de guerra más organizados por Irán." La estrategia que Israel ha implementado exitosamente contra Hezbola debe ser aplicada ahora contra Teherán directamente. El régimen es el titiritero detrás del 7 de octubre y los ataques desde frentes múltiples contra Israel.
El curso de acción más eficaz de Israel sería atacar al liderazgo clave, el apoyo militar e infraestructura financiera del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y el Ministerio de Inteligencia y Seguridad. Eso debilitaría los pilares del régimen mientras evita daño directo a los civiles, lo que de otra forma podría fomentar la simpatía por el régimen. Combinados con los ataques contra la capacidad de exportación de petróleo externa de Irán para privar al régimen de su alma financiera, un enfoque centrado en el liderazgo de arriba hacia abajo presionaría al régimen sin interrumpir los servicios internos esenciales.
Israel debería primero neutralizar la amenaza de misiles inmediata presentada por el régimen. Atacar al liderazgo y plantas nucleares de Irán sin abordar simultáneamente las capacidades misilísticas ofensivas de Irán permitiría al régimen tomar represalias de forma agresiva. Irán sabe esto, lo que explica por qué sus gobernantes están imágenes en la web de sus "ciudades de misiles" subterráneas. Luego, Israel debe atacar los cuarteles generales del régimen, plantas de mando y ejército. Ningún líder iraní clave debería ser evitado. La eliminación de precisión del líder de Hamas, Ismail Haniyeh, en un departamento de Teherán, demuestra que Israel puede atacar a cualquiera, en cualquier momento y en cualquier parte.
Luego deberían ser aniquilados los campamentos de entrenamiento militar de Irán sobre la frontera iraquí. Durante décadas estos campamentos han sido utilizados para entrenar a agentes iraníes, de Hezbola, de Hamas y de grupos especiales iraquíes para campañas contra Israel, las fuerzas estadounidenses en Irak y Siria, y las operaciones antiterroristas globales. Después de eso deberían ser destruidos el banco central y las instalaciones de exportación de petróleo de Irán.
Yo ayudé a desarrollar la campaña de ataques estadounidenses contra el banco central y centros de distribución de dinero en efectivo del ISIS dentro y alrededor de Mosul, Irak, en los años 2015-16, incendiando el banco y destruyendo las reservas financieras del grupo terrorista. Estos ataques sincronizados fueron un punto de inflexión en la guerra. La guerra económica debería estar centrada en el aparato financiero de Teherán: bancos, banqueros y funcionarios administrativos que apoyan al régimen revolucionario iraní. Sólo después de desbaratar el mando, control e infraestructura financiera y logística Israel debería considerar la acción directa contra plantas nucleares iraníes claves.
Estados Unidos debería proporcionar apoyo directo y público a los contraataques de Israel, no sólo sentarse en los márgenes. Estados Unidos nunca debería olvidar el gran número de estadounidenses que han sido asesinados por Irán y su red de acción terrorista desde que Hezbola atacó la Embajada de Estados Unidos en Beirut múltiples veces en la década de 1980 y eliminó los cuarteles estadounidenses allí en 1983, matando a 241 Marines y marineros. Estos ataques fueron seguidos por el bombardeo a las Torres Khobar en 1996 y numerosos ataques ordenados por Irán contra las fuerzas estadounidenses en Irak entre los años 2003 y 2012 que mataron e hirieron a miles.
El ejército de EE.UU. tiene una queja de sangre contra el régimen de Teherán. Pero hay poca represalia más allá de sacar de juego al Comandante Qassem Soleimani de la Fuerza Quds en el 2020. Ahora es el momento de unirse a Israel en la retribución a gran escala y alcance.
El Sr. Asher es un miembro principal en el Hudson Institute.
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