Viernes después del
almuerzo con un calor sofocante.
Camino por la calle Haroeh en Ramat Gan y veo a una anciana de unos 90 años a quien se le han roto las bolsas de la compra.
Decenas de personas han pasado por allí, pero nadie la ayuda.
De repente, este chico viene corriendo y recoge todos los comestibles de ella, corre a una tienda cercana y trae bolsas nuevas y le empaca todo a la anciana.
Entonces el jovencito corre, le compra una botella de agua y se le da para que beba.
Pero la historia no termina ahí!
El muchacho le pregunta donde vive y camina hasta la casa con la anciana cargando él todas las bolsas.
Este es uno de los muchos “Ángeles”en Israel.
Hamalachim
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