COMO UN NUEVO EJE LLAMADO CRINK ESTA TRABAJANDO CONTRA ESTADOS UNIDOS DE AMERICA
China, Rusia, Irán y Corea del Norte se han unido para desafiar las sanciones occidentales y debilitar los intereses estadounidenses.
Por Timothy W. Martin, Ming Li y Roque Ruiz
Marzo 28, 2025
TRADUCIDO POR Marcela Lubczanski<
Cómo un nuevo eje enemigo llamado CRINK está trabajando contra Estados Unidos de América.
Un eje uniendo a China, Rusia, Irán y Corea del Norte—llamado CRINK por algunos funcionarios occidentales—ha surgido de la guerra de Ucrania, una alianza flexible unida por un desdén mutuo por el orden mundial liderado por Estados Unidos.
La cooperación de esa coalición se ha profundizado firmemente cuando los cuatro han intercambiado alimentos, petróleo, armas, apoyo diplomático y ayuda militar en una forma diseñada para quedar más allá del alcance de las sanciones occidentales.
Ahora, la determinación del Presidente Trump de poner fin a la guerra crea un momento de verdad para el acuerdo. Si él negocia un cese del fuego, los vínculos entre los cuatro podrían aflojarse.
Pero una falla en hacerlo—junto con la mayor presión estadounidense sobre Irán y China—podría profundizar inintencionalmente este “mercado común de autocracias,” dice John Park, un miembro de alto rango no residente en el Atlantic Council, quien se enfoca en seguridad y política económica del Indo-Pacífico.
La cooperación entre las cuatro naciones no es nueva. Rusia e Irán se aliaron para apoyar al régimen de Assad en Siria, aunque China ha sido durante mucho tiempo el principal patrón de Corea del Norte y la relación de Beijing y Moscú se ha estado profundizando durante años.
Pero la guerra multiplicó esos vínculos y ayudó a entretejer el cuarteto. Los cuatro están "promoviendo sistemas alternativos para competir con Estados Unidos, principalmente en comercio, finanzas y seguridad," de acuerdo con una evaluación reciente por parte de Estados Unidos por medio de las agencias de espionaje estadounidenses.
La necesidad de Rusia de alimentar su campaña bélica ha puesto a Moscú en el centro del acuerdo. Ha recurrido a firmas chinas en busca de bienes cruciales para fabricar las armas que necesita en Ucrania.
Corea del Norte—ella misma hace mucho bajo sanciones internacionales—ha enviado enormes cantidades de municiones tanto como más de 12,000 soldados para ayudar a Rusia. Ucrania dijo el mes pasado que la mitad de las municiones de Rusia ahora vienen de Corea del Norte. Ese apoyo ha ayudado a Rusia a expulsar en gran medida a las tropas ucranianas de su región Kursk. Ultimamente, Pyongyang se ha involucrado diplomáticamente con Moscú más de lo que ha hecho con Beijing.
Irán ha proporcionado a Rusia con experiencia en drones, dándole un impulso crucial en un conflicto dominado por la utilización de vehículos aéreos no tripulados. Teherán ha enviado drones Shahed tanto como planos y ayuda técnica a Rusia para incrementar su propia fabricación de drones.
La cooperación militar ha marchado mano a mano con los vínculos económicos. Cancelada por el Occidente, Rusia ha redirigido muchas de sus exportaciones de energía a China, mientras Beijing—que no apoya las sanciones lideradas por EE.UU. contra Moscú—a su vez ha aumentado las exportaciones de bienes de consumo que Rusia ya no recibe más del Occidente.
A medida que sus economías se acercaban más, China y Rusia han usado cada vez más sus propias divisas para su comercio, evitando al dólar estadounidense. Usar dólares los hace más vulnerables a las sanciones, mientras que ambas naciones también albergan ambiciones de impulsar la influencia de sus divisas en el comercio mundial.
A cambio del apoyo militar, Rusia ha permitido que ingresen miles de obreros norcoreanos, quienes ganan divisas valiosas que son enviadas al régimen. Moscú ha enviado técnicos para apoyar el programa de satélites espías de Pyongyang, dijeron funcionarios de Corea del Sur. Rusia también se ha jactado de envíos de petróleo ilícito a Corea del Norte.
Como la segunda economía más grande del mundo, China proporciona el lastre económico del cuarteto, haciéndolo un socio indispensable para el convenio. Como un importador neto de energía, China es un importante mercado para la energía iraní y rusa. Alrededor del 90% del petróleo iraní va a China.
China representa más del 98% del comercio oficial de Corea del Norte con el mundo exterior, dándole gran influencia sobre Pyongyang. “Sin China, la coalición está anémica,” dijo Christopher S. Chivvis, un ex oficial de inteligencia nacional de EE.UU. para Europa.
Un fin a la guerra en Ucrania podría drenar la capacidad de resistencia de la alianza. Rusia podría tratar de enmendar las relaciones con Europa, la cual reduciría su dependencia de China. China—que está integrada en el sistema de comercio global en una forma que los otros tres no lo están—puede decidir que no vale la pena poner en peligro sus relaciones con el Occidente por apoyar al eje.
Si Moscú se aleja de las conversaciones de cese del fuego, Trump ya ha amenazado con más sanciones y tarifas contra Rusia. Washington también ha renovado su campaña de "presión máxima" contra Teherán, amenazando con acción militar si Irán no frena su programa nuclear. Las relaciones entre EE.UU. y China también son tensas, con Trump hace poco aumentando las tarifas sobre miles de millones de dólares de importaciones desde China.
Si no se controla, el nexo entre Rusia y Corea del Norte, que ambos poseen armas nucleares ya, e Irán, el cual es casi capaz de producir una bomba atómica, podría probar ser una amenaza seria para el Occidente, dijo Chivvis, el ex oficial de inteligencia, quien ahora es un miembro principal en el Carnegie Endowment for International Peace.
“Lo que queremos evitar es la situación en profundización, donde realmente se basen en la cooperación que hemos visto durante el último par de años,” dijo él.
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