Elkana Bohbot, quien estuvo en cautiverio de Hamás, expone los métodos de abuso psicológico que sufrió durante el secuestro. Los terroristas identificaron rápidamente que la familia era su punto vulnerable: no el dolor físico, sino el psicológico.
Le dijeron mentiras para desestabilizarlo mentalmente, hasta que ya no sabía distinguir entre la verdad y la mentira. Incluso después de su liberación, el trauma no terminó; lo acompaña día y noche. Pero él elige la vida y seguir adelante:
״Es para toda la vida. No hay nada que me haga olvidar las cosas. Sin embargo, la vida es más fuerte que todo y hay que elegirla, avanzar״. 


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