martes, 19 de junio de 2012

A los 91 años, el Profesor Nathan Citri ha inventado un dispositivo que combate la resistencia bacteriana

Latamisrael.com A los 91 años, el Profesor Nathan Citri ha inventado un dispositivo que combate la resistencia bacteriana A los 91 años, el Profesor Nathan Citri ha inventado un dispositivo que elimina la resistencia bacteriana. Los profesores universitarios retirados, típicamente descansan sobre sus laureles, luego de largos años de enseñar e investigar, y se lo toman con calma. No es el caso del Profesor Emérito de la Facultad de Medicina de la Universidad Hebrea de Jerusalem, Nathan Citri. Dos décadas luego de su retiro, el veterano experto microbiólogo ha desarrollado un novedoso dispositivo que permite una rápida detección de “superbacterias” extremadamente resistentes a los antibióticos y proporcionar instrucciones instantáneas para tratar apropiadamente a los pacientes en los hospitales. Su invento va a mejorar el cuidado de los pacientes, salvar vidas, acortar las estadías en los hospitales, y reducir significativamente los costos del cuidado de la salud en todo el mundo, según Yissum, la empresa de investigación y desarrollo de la Universidad Hebrea, que recientemente firmó un acuerdo para comercializar estos kits con BioConnections, una compañía de microbiología en el Reino Unido. Citri, nacido en Polonia, quien cumple 91 años este mes, fue uno de los 27 investigadores honrados este marzo último en una exhibición fotográfica permanente en el Camino de los Innovadores del Campus de Mount Scopus de la Universidad Hebrea. “Casi no tuve nada que ver con las bacterias hasta hace dos o tres años,” contó Citri al Jerusalem Post en una entrevista en su departamento en la residencia para adultos mayores de Nofim en Jerusalem. “Veinte años luego de jubilarme, me convertí en cazador de microbios” dijo con cierta ironía. 80 años atrás al leer el clásico “Cazadores de Microbios” del microbiólogo norteamericano Paul de Kruif que sigue siendo un best seller, altamente recomendado entre los textos de ciencias, despertó su interés por la ciencia. Luego de hallar poco interés en su idea del dispositivo entre compañías farmacéuticas y de productos médicos israelíes, se fue a Londres y conoció al Prof. David Livermore, un experto en microbiología médica en la Universidad de East Anglia quien también es toda una autoridad en resistencia a los antibióticos en la Agencia de Protección de la Salud en Inglaterra. “El es el líder de opinión mundial en este tema”. El inmediatamente comprendió exactamente de lo que estaba hablando” dijo Citri. “Estaba en camino de Japón a participar de una conferencia sobre resistencia a los antibióticos en los Estados Unidos y nos conocimos cuando paró en Londres”. El acuerdo con BioConnections fue el resultado. Hoy día, los antibióticos contra los estreptococos o la sífilis, por ejemplo, todavía funcionan, pero no aquellos contra un creciente número de bacterias. En resistencia a los antibióticos, el microorganismo es capaz de sobrevivir a la exposición de un antibiótico. Si gente que tiene una infección viral innecesariamente toma antibióticos destinados a combatir bacterias, o si los antibióticos son utilizados en exceso, bacterias más resistentes van a aparecer. Ya que una espontánea o inducida mutación en la bacteria puede hacerlas resistentes a antibióticos comunes,los genes que se resisten pueden ser transferidos entre las bacterias de modo horizontal a través de la conjugación, transducción o transformación. Por lo tanto, la exposición a los antibióticos selecciona la caractrística resistente a éstos. “Las bacterias son las grandes sobrevivientes; la humanidad es un corto episodio. Tenemos que aprender de ellas” advierte Citri. Como las empresas farmacéuticas no creen que sea financieramente válido desarrollar nuevos antibióticos, las armas médicas para combatir bacterias cada vez más resistentes, se han visto reducidas, lo cual podría significar muertes. Por consiguiente, los pocos antibióticos poderosos que quedan en el armario de los médicos deben ser preservados para combatir las patologías de los pacientes que realmente los necesitan. Este es el motivo exacto por el cual el kit de Citri es una bendición. “Va a ayudar a prevenir la diseminación de bacterias. En 15 minutos, el resultado demostrado de mi kit dirá a los doctores si aislar al paciente y cuáles antibióticos son apropiados”. Usando la tecnología convencional, los doctores deben esperar días para obtener una respuest a del laboratorio, durante los cuales el número de bacterias resistentes se multiplica varias veces” La Organización Mundial de la Salud recientemente instó a las instituciones médicas en todo el mundo a parar de dar antibióticos si no hay evidencia de que son necesarios y efectivos. De hecho, la resistencia a los antibióticos fue el tema del Día Mundial de la Salud el último año. “Cuando los primeros antibióticos fueron introducidos en los años 40, se les llamaron “drogas milagrosas”, los milagros de la medicina moderna, dijo la Directora General de la Org. Mundial de la Salud Dra. Margaret Chan. Con los hospitales siendo ahora las incubadoras de patógenos altamente resistentes, el mundo está en el umbral de perder estas curas milagrosas. La velocidad con la cual estas drogas están siendo perdidas de lejos supera el desarrollo de drogas de reemplazo. “Sólo en los Estados Unidos, las infecciones resistentes a los antibióticos son responsables por ocho millones de estadías adicionales en los hospitales anualmente y la difusión resultante de cama-a-cama de dichas resistencias genera un costo anual de veinte mil millones en costos hospitalarios adicionales y treinticinco mil millones anualmente en costos sociales.” “Pero hasta que mis kits estén ampliamente disponibles,” comentó Citri, “no hay forma de implementar esta recomendación lo suficientemente rápido porque el médico no sabe si utilizar el antibiótico se justifica o no. La humanidad está encarando el final de la era de los antibióticos y es nuestra propia culpa!” Los kits de identificación están basados en reacciones químicas que directamente prueban la presencia de enzimas destructoras de antibióticos llamadas beta lactamasas, que se encuentran en todas las bacterias resistentes a múltiples drogas. Los kits permiten un directo y preciso reconocimiento de la resistencia bacteriana de todos los miembros de la familia betalactámica, que incluye penicilinas, cefalosporinas y carbapenems. Los kits son modulares, depósitos descartables con compartimentos impregnados con distintos tipos de antibióticos. La combinación exacta puede fácilmente ser variada de acuerdo a la necesidad. Muestras sin procesar de cualquier tipo a ser testeadas (como sangre u orina) son colocadas directamente en el compartimento, y luego cubiertas con una tapa que contiene un indicador. Si la muestra contiene bacterias que pueden destruir el antibiótico de un compartimento en particular, el indicador correspondiente se aclara, indicando la resistencia en cuestión de minutos. Los kits modulares van a alertar a los doctores adicionalmente sobre la presencia de bacterias resistentes a multiples drogas, advertir cuáles antibióticos van a ser inútiles por lo tanto que no se deben usar e informar cuál aún constituye una opción de tratamiento. Así, por primera vez, una guía basada en evidencia para el tratamiento apropiado puede obtenerse sin demora. Además, la eficacia del tratamiento puede fácilmente ser evaluada por un monitoreo en tiempo real. Los kits no solo detectan la presencia de bacterias resistentes a los antibióticos, sino también ofrecen información inmediata sobre el tipo de antibiotico que podría ser útil. Actualmente, los métodos usados en el laboratorio son indirectos y consumen tiempo precioso. El uso de kits de identificación de encimas propugnado por Citri permite la visualización directa de la actividad de labetalactamasa, la encima que confiere la resistencia. La información sobre la presencia y el espectro de actividad de la encima se capta en minutos y permite el tratamiento basado en constatación evidente. Ken Denton, Director Ejecutivo de BioConnections, dijo: “Estamos muy entusiasmados con esta nueva alianza. Los primeros kits están en las últimas etapas de desarrollo y esperamos que lleguen al mercado en cuestión de meses. Paralelamente, hemos solicitado permiso para comercializar estos kits en toda Europa.” “Estamos muy contentos de colaborar con Bio-Connections en la comercialización de este invento” dijo el Director Ejecutivo de Yissum Yaacov Michlin. “Las bacterias resistentes a las drogas representan el más alarmante e inminente desafío a nuestra habilidad por controlar enfermedades infecciosas. Para contener su diseminación, un caso de resistencia múltiple a las drogas debería ser rápidamente aislado y tratado con uno o dos de los últimos recursos que todavía podrían funcionar. Sin embargo, las actuales técnicas disponibles para identificar a las bacterias resistentes a las drogas son lentas o difícilmente accesibles, y las decisiones basadas en evidencias se retardan varios días. El invento del Profsor Citri es un paso extremadamente importante en nuestra lucha contra la resistencia a los antibióticos y uno que no sólo va a mejorar grandemente el cuidado de los pacientes, sino que también va a ahorrar miles de millones de dólares en gastos médicos relacionados con bacterias resistentes a los antibióticos”. Citri nunca tuvo intenciones de convertirse en científico sino ser granjero en un kibutz. Fue el holocausto, en el que perdió a la mayor parte de su familia, que lo convenció de lo contrario. Nació como Natan Cytrynowski el 21 de abril de 1921, en Lodz. Su padre, Yechiel, era sionista y pintor y trabajó como profesor de hebreo en el colegio privado secundario Yavne en la ciudad polaca. Luego, se convirtió en director del colegio. Viniendo de una familia hasídica, Yechiel se rebeló contra la vida haredi y fue el único miembro de su familia que se convirtió en sionista. Su madre, Genia, nacida en Rusia, enseñaba hebreo y literatura en colegios secundarios para mujeres. Natan y su hermana menor Miriam fueron criados en una casa en la que se hablaba hebreo donde el sionismo y la idea de una nación judía eran penetrantes. Cuando un enviado llegó a Lodz en 1936 para rescatar niños judíos, Natan insistió en ir el siguiente año a Palestina, y su familia planeaba unírsele lo más pronto posible. “Yo fui el único que sobrevivió. Le debo todo a la fundadora de Inmigración Juvenil Henrietta Szold. La inmigración juvenil fue uno de los grandes logros de la humanidad. En 1939, su padre viajó a Palestina a buscar trabajo y conseguir permisos para él y su familia. Se le ofreció un excelente trabajo y fue a buscar a su esposa e hija, pero no lograron salir de Europa a tiempo. Cuando la Segunda Guerra estalló, los tres se mudaron a Varsovia, donde fueron llevados al ghetto. Genia murió en 1942; Yechiel fue transportado a Treblinka, donde encontró la muerte; y Miriam, quien abofeteó a un oficial nazi en Auschwitz, fue asesinada por él y murió en el acto. Natan fue a estudiar a Ben-Shemen (el actual Presidente Shimon Peres era dos años más joven y “aparentemente no me recuerda”) Luego, fue voluntario para la Armada Británica entre 1942 y 1946. Por un tiempo Citri mantuvo su nombre original con la esperanza de ser identificado por parientes que hubieran sobrevivido al holocausto, pero luego, cuando ninguno fue encontrado, lo acortó. Finalmente, sin el uniforme, Citri recordó el llamado del líder sionista Berl Katznelson para recomponer la cantidad de intelectuales judíos perdidos en el holocausto. En vez de convertirse en un granjero, decidió ser académico en la Universidad Hebrea. “Pero no tenía un certificado de matrícula. Sin él, tenía que tomar 8 exámenes. Estudié por semanas y aprobé. Fui aceptado para estudiar bacteriología, pero estudié ciencias generales y luego parasitología en su lugar” Con su primera esposa, Citri tuvo un hijo “un brillante neurobiologo que murió en 1995 en un accidente” y una hija, que es trabajadora social en el Centro Médico de la Universidad de Hadassah. Con su segunda esposa, Naomi, tuvo un hijo que está ahora completando su trabajo en la Universidad de Stanford en California y vendrá pronto a trabajar a la facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Hebrea. Desde que Naomi murió de una enfermedad el año pasado, su apartamento lleno de libros y tubos de ensayo en Nofim lo comparte con Lorena, una cuidadora filipina. Citri tiene seis nietas y tres bisnietos. Nota con tristeza que los hijos y nietos de muchos en la residencia para adultos mayores viven en el extranjero. “En Israel, cuando yo hago algo, puedo ver las bendiciones. Puedo hacer una contribución. En los Estados Unidos, lo que yo hago, no haría diferencia” concluyó. Fuente: Judy Siegel-Itzkovich, Jpost.com Traducción/adaptación: Elizabeth Vexelman-Farhi