jueves, 14 de junio de 2012

LOS QUE NIEGAN LA LIBERTAD

Por Sarah Honig Fuente: The Jerusalem Post- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba El presidente americano Barack Obama se imagina en grandes terminos lincolnescos y declara una y otra vez que Abraham Lincoln es su modelo. Invocando bastante desvergonzadamente al Gran Emancipador, Obama eligio lanzar su primera candidatura presidencial el 10 de febrero del 2007 en Springfield, Illinois, precisamente donde Lincoln expreso su desafio historico a la esclavitud en junio de 1858. Y afinando la comparacion con una falta de humildad caracteristica, despues de su victoria electoral Obama llevo a su familia con mucha pompa al memorial de Lincoln. Pero a pesar de toda la descarada manipulacion de Obama, no es que las similitudes superficiales no existan. Como el Honesto Abe, Obama tiene una figura delgada, desgarbada y tiene orejas de tamaño enorme. No demasiado modestamente, Obama se considera un maestro de la retorica, un administrador supremo de la crisis, si no absolutamente el faro luminoso de la libertad. No hay absolutamente dudas que Obama es un experto en arte escenico y conveniencia. Ordeñando la ventajosa analogia en todo su valor, el tema del discurso de asuncion de Obama fue elevado con abundante infatuacion a partir de una linea en el Discurso en Gettysburg de Lincoln: "un nuevo nacimiento de la libertad." Obama simplemente ama la palabra "libertad." Con estilo teatral la enuncia liberalmente en toda ocasion. Con eso en mente, seria por lo tanto tranquilizador suponer que nunca lejos de la consciencia de Obama esta lo que Lincoln escribio en 1859: “Los que niegan la libertad a otros no la merecen para si mismos.” En este momento en el tiempo el unico hombre que niega la libertad de Jonathan Pollard es Obama. Esta en el poder del presidente americano hacer finalmente lo largamente debido y poner en libertad al hombre que ahora languidece en su 27º año de encarcelamiento por pasar datos de inteligencia americanos (acerca de terceros paises enemigos - Irak, Libia, y los entonces cuarteles generales de la OLP en Tunez) a un pais amigo (Israel). El debio haber sido liberado hace tiempo, sin vinculacion con su salud deteriorada. Hacer un ejemplo sadico de Pollard durante casi tres decadas contradice en forma intrinseca las nociones mas elementales de justicia y libertad. Esto es algo de lo que nuestro presidente, Shimon Peres, debe estar consciente cuando le sea otorgada la prestigiosa Medalla Presidencial de la Libertad - la mas alta premiacion civil de America - el 13 de junio. Como un colectivo, nosotros los israelies podemos conjeturar en forma convincente acerca de los motivos para honrar a Peres precisamente cuando la carrera para la Casa Blanca se recalienta. No obstante, nosotros suspenderiamos voluntariamente nuestro cinismo no injustificado si los masajes al ego presidencial mutuamente beneficiosos estuvieran acompañados por un gesto genuino de libertad. Nada nos gustaria mas que poner en cierta forma a un lado el escepticismo y asolearnos en el calido resplandor exterior del raro afecto por una nacion por lo demas seriamente vilipendiada. Observar a Peres agasajado, festejado y glorificado (con todos los cuatro ex presidentes americanos vivos participando en el evento de gala), podria permitirnos tan bello recreo del menosprecio y difamacion que son nuestra suerte diaria en la escena internacional. Es tentador olvidar nuestras propias exasperaciones con el Peres real como lo conocimos con los años (no siempre para mejor) y unirse despreocupadamente a la celebracion. Pero nosotros no estamos libres de preocupacion. De acuerdo con el Informe de la Comision Eban de 1987 (el comite de la Kneset nombrado para investigar el caso Pollard), Peres – primer ministro cuando fue arrestado Pollard en 1985 – desempeño un rol central en el infortunio en evolucion. Cuando la historia llego a la prensa, Peres converso con el entonces secretario de estado George Schulz en un intento por controlar los daños. El poco convincentemente nego cualquier conocimiento de la operacion e hizo todo lo que estuvo en su poder para ayudar a los americanos a juzgar al sospechoso que ellos recien habian arrestado. En vez de defender a Pollard - su agente - o negociar por su liberacion, Peres esencialmente entrego a Pollard a la fiscalia. No hay pelos en la lengua. Peres mintio descaradamente cuando dijo a los americanos que Pollard era alguien que trabajaba por su cuenta y habia robado secretos para lucrar. Tambien de acuerdo con el Informe de la Comision Eban, Peres fue el que entrego a los americanos todos los documentos que Pollard habia entregado a Israel. Estos documentos fueron entregados, significativamente, con las huellas digitales de Pollard aun sobre ellos. Esto fue crucial. Sin estos documentos, no hubiese habido ningun caso contra Pollard, ninguna prueba contundente. Sin la confabulacion directa de Peres, Pollard probablemente hubiese caminado o hubiese recibido una reprimenda. El ciertamente no hubiese sido sentenciado a cadena perpetua detras de las rejas. Esta es la primera y unica vez en la historia registrada del espionaje moderno que un pais haya cooperado en el enjuiciamiento de su propio agente en el exterior. El Procurador Adjunto de EEUU, John R. Fisher, puso de relieve la centralidad de la prueba que Israel entrego. Escribiendo en la "Oposicion del Gobierno a la Mocion para Reducir la Condena" (Junio 17, 1987, p. 10) Fisher elucido: “La cooperacion no fue abierta en este caso hasta muchos meses despues del arresto del acusado. De hecho, el acusado acepto presentar una declaracion de culpabilidad y cooperar solo despues que los fiscales e investigadores del gobierno retornaron de Israel con pruebas adicionales de la culpa del acusado." Avance rapido 27 años: El hombre que arreglo la entrega de pruebas esenciales para forzar a Pollard a declararse culpable, ironicamente va a recibir una medalla de la "libertad" del hombre que continua privando a Pollard de su libertad. Esa lamentablemente es la linea final de la parodia. Pero dificilmente sea toda ella. El castigo impuesto a Pollard fue escandaloso desde el inicio. Fue desproporcionado en extremo, especialmente considerando el hecho que el nunca puso en riesgo a agentes o intereses americanos, que el nunca divulgo nada que involucrara a America sino que dio pistas a una democracia colega acerca de las maquinaciones de sus enemigos, los cuales resultaban ser tambien los enemigos de America. Castigos apreciablemente mas ligeros fueron impuestos a selectos espias americanos por delitos mayores, incluidos los que involucraban tangibles y severos riesgos de seguridad para America. El hecho que Pollard fuera tratado tan ultra-duramente para cualquier vara de medicion legal existente y el hecho que su tribulacion esta aun en curso, a pesar de su edad y enfermedad, no es solo inutilmente cruel. La partida de todos los precedentes punitivos en su caso huele mal. Es dificil escapar a la impresion que la unica razon por la que Pollard fue sobre-castigado y aun le es negada su libertad es debido a que el es judio. Aun cuando la cadena perpetua de Pollard no tiene paralelo por transferir material clasificado a un aliado, ningun gobierno americano en casi tres decadas contemplo darle el perdon. Esto, a pesar del hecho que en 1991, Pollard se disculpo publicamente y expreso mas remordimiento en una carta abierta al entonces presidente Bill Clinton en 1996. En 1998, Binyamin Netanyahu admitio que Pollard espio para Israel y busco liberarlo como parte del acuerdo de Wye River. Clinton renego del acuerdo. La inequidad demostrada en el caso de Pollard debe preocupar a cualquiera que estime profundamente la verdadera libertad - no solo la Medalla Presidencial de la Libertad y reconocimientos acumulados. Los profusos elogios a punto de ser echados sobre Peres sonarian vacios si Peres es aclamado y exaltado en el augusto nombre de la libertad mientras la libertad le es aun mas literalmente negada a Pollard. Obama tiene muy literalmente la llave de la celda de Pollard. Corresponde a Peres persuadir a Obama de usarla. Peres, hasta ahora, ha sido fiel a su promesa y pidio formalmente por la liberacion de Pollard. La administracion Obama emitio una declaracion ambigua que las agencias noticiosas interpretaron espontaneamente como un rechazo incondicional del pedido de Peres. En respuesta, Peres emitio un comunicado explicando que el aun espera la palabra autorizada de la Casa Blanca. Desde ese punto en mas nada mas ha sido escuchado sobre el tema. El estancamiento es extraño considerando que los tributos que Obama planea acumular sobre Peres no son sin motivos ulteriores. Por consiguiente, rechazar completamente a Peres constituiria una descortesia masiva, a pesar de los efusivos halagos. Como estan las cosas, aun no ha sido dicha la ultima palabra, notablemente debido a que Obama no dijo nada personalmente u oficialmente. Por lo tanto, la pelota esta aun presuntamente en juego. Para Obama, liberar a Pollard esta libre de riesgos, lleno de recompensa potencial y sin ningun detrimento politico. Nadie puede perseverar en forma creible en la farsa que Pollard amenaza los intereses de seguridad nacional americanos. De hecho, el pendulo ha oscilado duro y muchos ex altos funcionarios ahora apoyan la liberacion de Pollard y han pedido a Obama terminar el calvario demasiado largo de Pollard. En sus palabras, este es un tema de simple justicia debido a que su sentencia es "groseramente desproporcionada", aparte de las preocupaciones humanitarias por su edad y precario estado medico. Pollard, dicen ellos, ya tiene mas que paga su deuda con la sociedad. Cualquier encarcelamiento adicional es una injusticia. Esta es la opinion de, entre otros, el ex secretario de estado George Shultz, el ex secretario de estado Henry Kissinger, el ex consejero legal de la Casa Blanca Bernard Nussbaum, el ex procurador general Michael Mukasey, el ex procurador general adjunto Philip Heymann, el ex presidente de inteligencia del Senado Dennis DeConcini, el ex director de la CIA James Woolsey y muchos mas. Todo ahora gira en torno al coraje de Peres. Si el accede en permitir que la tragedia de Pollard sea pasada por alto, entonces la negacion de libertad que Peres facilito continuara mientras Peres es pronunciado el principe de la libertad. Pero si Peres reune suficiente valor, el conferira sobre si mismo la mas excepcional de las oportunidades. Mas popular entre los extranjeros que cualquier otro israeli, el puede, en la circunstancia unica orquestada por Obama, conjurar las perspectivas para rectificar su propio pasado. Peres puede corregir un error en el cual el desempeño un rol critico. El puede ayudar a corregir las cosas... solo si el realmente lo quiere. Y si Peres es es cauto de introducir la controversia dentro de su dialogo con Obama, quien pronto sera el receptor de la Medalla de la Libertad haria bien en recordar que George Orwell definio la libertad como “el derecho a decir a la gente lo que ellos no quieren escuchar.”