El adiós de Hillary Clinton

Hillary Clinton. Ahora escribir, luego….. HILLARY Clinton se despide del Departamento de Estado del Gobierno de Barack Obama después de cuatro años de haber estado al frente de la política exterior de los Estados Unidos. Sustituida por John Kerry, el que fue candidato demócrata frente a George W. Bush en su segundo mandato, la esposa del expresidente Bill Clinton queda en inmejorable posición para ser la candidata demócrata dentro de cuatro años, merced a una experiencia más que contrastada y con crédito político más que suficiente. Hillary Clinton deja la Secretaría de Estado después de haber batido todos los récords viajeros. Se dice que ha cubierto un millón y medio de kilómetros en estos cuatro años, más que ninguno de sus predecesores. Según ella misma ha reconocido, se va con la tristeza por los cuatro norteamericanos muertos en Bengasi el pasado 11 de septiembre. Además, su despedida fue sacudida ayer por otro atentado, en la embajada norteamericana en Ankara, que provocó dos muertos. En su balance pesa también el hecho de no haber podido frenar la furibunda represión del régimen sirio, así como el de no haber superado el reto de la carrera nuclear iraní. Pero en su haber están las primaveras árabes, la caída del régimen de Gadafi en Libia o la muerte de Bin Laden, el enemigo público número uno, el acercamiento al hemisferio sur americano o la potenciación de las relaciones con Rusia y China. Agotada por esa frenética actividad y convaleciente de una enfermedad vírica cerebral, afirma irónicamente que ahora se va a dedicar a recuperar el sueño perdido en estos cuatro años y a escribir sus memorias. Nada dice, sin embargo, de optar a la candidatura presidencial en 2016. Ni lo confirma ni lo desmiente. Deja la puerta abierta, lo que hace prever que, si nada se tuerce, volverá a la política activa y a probar ser la primera mujer presidente de su país. Le queda tiempo por delante para deshojar la margarita. Inteligente, activa y emocionalmente equilibrada, Hillary Clinton ya demostró cuando fue primera dama y en esos cuatro años a la sombra de Obama, con el que perdió las primarias en 2008, su saber estar en la primera línea de la política y su enorme capacidad de trabajo. Sin duda, su figura es un activo importante para el Partido Demócrata, por lo que no se debe descartar su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos. Sus esperadas memorias pueden constituir la catapulta de lanzamiento para ese objetivo para el que deberá contar con el apoyo y la experiencia de dos presidentes, Bill Clinton y Barack Obama. Leer más: http://www.lavanguardia.com/opinion/