Perteneces a la vida,
pero ella no te conoce. Deja la soledad de
tu días, abre la puerta de tu existencia y deja que la vida
sepa
quien eres y que puedes dar…
Abandona tu cuarto de lectura, tus viejos y nuevos libros,
corre
las cortinas y sal al jardín que el viento de la mañana
pegue en
tu rostro de marfil…
Abandona tu cuarto de música, con tantas melodías sin nadie
que
cante, sin nadie que baile, sin nadie que ría hasta las
lágrimas rodar…
Abandona tu cuarto de dormir, y corre al cuarto del hombre
que tanto
amas y no te atreves a decir. Él, pronto, te rodeará con sus
brazos y
con palabras elegantes te contará sus sueños en que estás
tu…
Abandona tu encierro, de nada sirve vivir en la oscuridad
donde estarás
más cerca del olvido que del recuerdo por haber servido a la
sociedad…
Abandona el hermetismo, abre la boca y ríe o llora, según la
ocasión,
pero manifiéstate y tu voz quedará grabada en la mente o en
el corazón
de alguien, quizás…
Abandona esa soledad que te tiene atada y te a hecho creer
que esa es
tu vida. Has lo que te digo y entonces; recién entonces:
¡Serás feliz!
Mario Beer-Sheva
“Ayudar a tiempo depende del corazón, no del tiempo” José
Narosky.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.