domingo, 11 de junio de 2017

Coloquio, CJL- por Sergio Nudelstejer
En abril de 1987 conocimos la triste noticia del suicidio del escritor Primo Levi. Cuando un escritor se suicida, es difícil no reinterpretar sus libros a la luz de su acto final. Y la tentación es particularmente fuerte en el caso de Primo Levi, ya que gran parte de su obra surgió de sus propias experiencias en Auschwitz. El calor y sentido humano de sus escritos lo habían convertido en un símbolo para sus lectores; en el símbolo del triunfo de la razón sobre la barbarie del genocidio. Sin embargo, para algunos su muerte violenta cuestionaba ese símbolo. En ciertos casos el suicidio de un autor se ve como la conclusión lógica de todo lo que ha escritor o como una contradicción irónica, más que resultado de una tormenta puramente personal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.