Siria: por qué la partición es lo mejor
Robert Nicholson, del The Philos Project, aboga por la división del país como la solución menos mala tras seis años de conflicto devastador.
Las opciones en Siria son solo dos: 1) mantenerla unificada, derrocar a Asad y hacer que el pueblo redacte una nueva Constitución y elija un nuevo Gobierno o 2) llevarla hacia el federalismo o la partición completa, mantener a Asad (…) como líder de una provincia o un Estado alauita en la costa y fortalecer a las otras regiones (…) para convertirlas en provincias con autogobierno o Estados independientes.La primera elección conduce a un Estado islamista con una importante minoría no musulmana, y la segunda lleva a una colección de provincias o Estados gestionando sus propios asuntos y asegurando sus fronteras. Solo esta última permite a la mayoría árabe suní establecer su anhelada sociedad islamista y a los alauitas, los kurdos y los cristianos establecer el tipo de sociedades que igualmente llevan tanto tiempo esperando.(…) EEUU tiene un papel crucial que desempeñar en el impulso de la idea de la separación […] El divorcio es malo, sí, pero a veces es mejor que un mal matrimonio.
Ofek Ish Maas, del Institute for National Security Studies, da cuenta de la situación en la frontera de Israel con Siria, escenario de constantes intercambios de fuego.
Daraa, situada unos 30 kilómetros al norte de Israel y 13 al norte de la frontera de Siria con Jordania, es un objetivo estratégico para el régimen [de Damasco]. En primer lugar, el control de los cruces fronterizos es un símbolo de soberanía y (…) del deseo de Asad de volver a controlar Siria. En segundo lugar, el régimen y sus aliados chiíes quieren reducir las posibilidades de que se cree una zona sostenible de seguridad bajo influencia occidental, jordana e israelí en el sur del país. Las fuerzas de Asad que alcancen la frontera jordana podrían detener el envío de la ayuda logística, militar y humanitaria que Occidente y las naciones del Golfo están enviando a los rebeldes (…)(…) Israel debe decidir cómo (…) evitar esos peligrosos escenarios. Debe elegir entre aumentar el apoyo a los rebeldes suníes como un amortiguador contra Irán y sus satélites o consentir en silencio la vuelta de Asad al poder.
Ghasán Charbel, director del diario Al Sharq al Awsat, saluda el proyecto renovador del nuevo heredero al trono de Arabia Saudí y su decisión de hacer avanzar el país hasta integrarlo en la modernidad.
Los pesimistas dijeron que el mundo árabe era incapaz de actualizarse y estaba condenado a aferrarse a sus viejos hábitos e ideas, en un momento en el que la acumulación de conocimientos y los resultados de las investigaciones producen todo tipo de avances científicos y tecnológicos (…)En este mundo tormentoso nació la generación del príncipe Mohamed ben Salman ben Abulaziz. Era normal que esa generación se planteara preguntas sobre el futuro y la posición de Arabia Saudí.(…)Con Mohamed ben Salman hemos comenzado a hablar del futuro. La Visión 2030 está en la agenda diaria de los ciudadanos. Lo destacable es que los sueños ahora son números y existe mucha confianza en la capacidad de la nueva generación saudí para alcanzar los resultados deseados, trabajar por la inclusión en las instituciones modernas y encontrar soluciones a las preocupaciones sobre el desarrollo, el conocimiento, el progreso y el problema del extremismo
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