jueves, 29 de junio de 2017

Después del ISIS, qué: Irán tiene un plan; EEUU, no

 

Alí Jamenei, Líder Supremo de la República Islámica de Irán.
Eyal Zisser, vicerrector de la Universidad de Tel Aviv, incide en la necesidad de que Washington diseñe un plan para gestionar la región cuando desaparezca el Estado Islámico, pues Irán sí tiene las ideas bastante claras para cuando llegue ese momento.
Al contrario que los norteamericanos, los iraníes tienen organizado un plan de acción para el día después, y están trabajando con determinación para implantarlo mientras los combates [contra] el Estado Islámico continúan. Están actuando para asegurarse la sucesión del EI como los amos del desierto sirio-iraquí y, como tales, (…) establecer [un] corredor terrestre entre Teherán y Beirut que les permita mandar cohetes y armas a Hezbolá y a los combatientes chiíes de la Guardia Revolucionaria en Siria y a lo largo de las fronteras con Jordania e Israel.
Rusia aceptó ya hace tiempo las ambiciones de Irán en esta zona, y sería difícil presionar a los rusos para que se sumaran a un esfuerzo conjunto dirigido a contener a Irán. Por contraste, Washington ha declarado en cada oportunidad que Irán es la principal amenaza para la paz y la estabilidad de la región. En la práctica, sin embargo, ha dejado a Teherán establecer[se] en Irak y ahora en Siria.
(…) EEUU está repitiendo los errores del pasado, [por acometer] acciones y maniobras militares sin planificación. Ese fue el caso de la primavera de 2003, cuando los americanos derribaron el régimen de (…) Sadam Husein sin pensar bien en el día después.
Esta es la pregunta que se formula Adam Hoffman en el Jerusalem Post, dada la presencia cada vez más activa en la frontera sirio-israelí de Irán, cuyo régimen ha jurado destruir al Estado judío.
A pesar del deseo expreso de Israel de mantenerse al margen, las intenciones de Irán de expandir su influencia en el sur de Siria a través de las actividades de su Guardia Revolucionaria y el continuo incremento en los últimos meses del fuego de mortero en la frontera sirio-israelí amenazan con arrastrar a Israel (…) Estos acontecimientos reflejan cambios en la dinámica de la guerra siria (…): si tan solo dos años atrás el régimen de Asad parecía a punto de ser derrotado, la intervención rusa (…) en septiembre de 2015 y el continuo apoyo iraní han fortalecido al régimen y a Asad. En consecuencia, la principal preocupación de Israel (…) ha virado desde la propagación de la lucha entre el régimen de Asad y las fuerzas rebeldes al control iraní del sur de Siria.
(…)
El ritmo creciente de los ataques israelíes contra objetivos del régimen de Asad marcan una política más decidida (…) Los ataques contra el régimen de Asad buscan prevenir cualquier futura expansión de las fuerzas del régimen y (…) de la Guardia Revolucionaria iraní en el sur de Siria, mientras se responsabiliza a Asad de todo de lanzamiento transfronterizo (…) La cuestión clave ahora, sin embargo, es si esas medidas son suficientes para evitar que la lucha se propague a lo largo de la frontera y que Israel se implique más en el conflicto.
La política libanesa se mueve en el permanente conflicto sectario entre cristianos, musulmanes suníes y musulmanes chiíes. El analista libanés Eyad Abu Shakra aboga por una democracia plena a través de una ley electoral ecuánime, sin ganadores ni perdedores, en la que se puedan dirimir los asuntos públicos sin el corsé permanente del sectarismo.
(…) hablar de ‘ganadores’ y ‘perdedores’ respecto a la aprobación de una ley electoral en condiciones como las que prevalecen en Líbano destruye varias nociones de manera simultánea:
1. Destruye la noción de ‘consenso nacional’ y se destaca el hecho de que no es nada más que una mentira explotada por mercaderes políticos de todas las comunidades religiosas.
2. Destruye la democracia al despojarla de su verdadero espíritu mediante el uso tecnicismos como herramientas en las manos de los que poseen el poder real a expensas de una verdadera coexistencia.
3. Destruye la noción de un destino común para los libaneses por medio de facciones temporales y acuerdos sectarios alcanzados a la sombra de la actual competición por la hegemonía étnica, religiosa y sectaria entre los poderes regionales.
4. Destruye la última oportunidad de construir una ‘patria’ real para que todos los libaneses tengan verdadero interés en construir juntos y vivir unidos, no a expensas unos de otros.

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