martes, 22 de agosto de 2017

Infobae, por Andrés Cisneros
El criminal atentado en Barcelona comienza a recoger unas pocas condenas esperanzadoras de sectores islámicos que ojalá a los occidentales nos sacuda de la narcótica tendencia a percibirlos con la falta de sorpresa que conduce a la naturalización de las cosas aún más horribles. De todas maneras, todavía es necesario repetir algunas advertencias, emitidas ya varias veces. Porque de nuevo, las reacciones en Occidente han recorrido el entero espinel de posibilidades, desde la indignación del "ojo por ojo" hasta esa suerte de síndrome de Estocolmo colectivo que Jorge Raventos denunciara cuando las Torres Gemelas.

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