INDIGNACIÓN POR “AUSCHWITZ EN LA PLAYA”, QUE CONTRADICE LOS VALORES JUDÍOS.
Enlace Judío México.- La semana pasada, la principal exposición de arte contemporáneo de Alemania decidió no ser anfitriona de “Auschwitz on the Beach”.
DANIEL WITKIN
Los grupos judíos presionaron con éxito la documenta 14*, que tiene lugar cada cinco años en la ciudad de Kassel, para cancelar la controvertida pieza. Una actuación del escritor y artista italiano Franco “Bifo” Berardi, “Auschwitz en la playa” tomó su nombre de un poema del artista, en el que comparó la respuesta de Europa a la crisis de refugiados al Holocausto.
A pesar de actuar con la intención de salvaguardar la memoria del Holocausto, esos grupos pueden haber debilitado su poder, especialmente si sostenemos que nuestra comprensión del pasado debe guiar nuestras acciones en el presente.
La oposición a la obra de Berardi fue motivada principalmente por la preocupación de que el artista pudiera “relativizar” el Holocausto comparándolo con eventos presentes de menor escala, trivializando así sus horrores. Boris Rhein, ministro de Cultura del estado alemán de Hesse, donde se encuentra Kassel, articuló claramente esta posición en un comunicado publicado en The New York Times, diciendo: “No se puede permitir ninguna comparación con el Holocausto, ya que los crímenes de los nazis fueron únicos“. Los representantes del Congreso Judío Mundial y el Centro Simon Wiesenthal se hicieron eco de sus objeciones.
Adam Szymszyk, director artístico de la documenta 14, defendió los objetivos de la actuación en un post en el sitio web de la documenta, diciendo: “La intención de Berardi es localizar seria y responsablemente el Holocausto como la última referencia fronteriza para la injusticia extrema, violenta y sistémica perpetuada por nacionales y transnacionales europeos hacia los cuerpos físicos de los refugiados que intentan huir a Europa y morir durante la huida“.
En lugar de presentar su obra como instalación y actuación dentro de la exposición principal, tal y como se había planeado originalmente, el 24 de agosto, Berardi realizó un debate público de la crisis de refugiados como parte de la serie de programas públicos de documenta, en la que leyó el poema que daría su título a toda la actuación. Sus detractores pueden aprobar el título para el evento revisado: “Shame on Us” (Avergoncémonos). Sin embargo, vale la pena cuestionar que lo que nos dicen es intrínsecamente vergonzoso respecto a la comparación de Berardi.
El estudio de la historia se basa en nuestra capacidad de comprender los momentos de la humanidad del pasado y del presente, según se relacionan entre sí. Acontecimientos y épocas aparentemente dispares adquieren un significado más profundo de sus contrastes y conexiones a menudo intrincados. Si bien el horror y la tragedia de la Shoá pueden conducirnos a verlo como una visita casi metafísica del mal absoluto, nos ayuda poco a poco a entender cómo las personas reales imponen sus sufrimientos a víctimas reales o cómo podemos prevenir activamente que tales crímenes vuelvan a ocurrir.
El Holocausto no se produjo en un vacío, sino que es parte de una larga y dolorosa historia de las potencias europeas brutalizando a quienes consideraban inferiores, un legado que se extiende pasando por las Cruzadas y más allá, abarcando las múltiples depredaciones coloniales occidentales y su papel en la trata de esclavos en el Atlántico. Su lugar dentro de la historia de la violencia de Occidente hacia el “otro” es importante, y ocultarlo es minar nuestra capacidad de dar sentido – y aprender de – nuestro propio pasado.
Las objeciones a relativizar el Holocausto y los intentos de colocarlo más allá de la comparación corren el riesgo de desconectarlo de una historia que no llegó a su fin en 1945. Al situar al Holocausto como un evento singular y singularmente malo, podemos empezar a perder de vista las maneras en que las luchas de otras personas afectan a las nuestras. En vez de acordonar nuestra gran tragedia de otras catástrofes humanas, deberíamos luchar activamente para percibir los puntos de contacto.
Las artes proporcionan un lugar para que las personas desarrollen sus poderes de percepción y se sensibilicen respecto a las experiencias de otros. También invitan a la gente a cultivar un ojo crítico e imaginativo y a fomentar la conciencia de que las ideas con las que se presentan no tienen que tomarse como un hecho literal, sino que son necesariamente transformadas por las herramientas de la invención estética.
Aunque no estoy familiarizado con el trabajo de Berardi y no puedo atestiguar su buen gusto, su intento de apelar a la memoria del Holocausto para intervenir en una situación que él considera injusta está dentro de su jurisdicción como poeta y artista. Sus detractores pueden ver su poema como vergonzoso, pero harían bien en criticar su trabajo como arte, no como blasfemia.
*Documenta 14 es la decimocuarta edición de las exposiciones de arte contemporáneo documenta que tiene lugar por primera vez en 2017 en dos sedes de forma simultánea Kassel, Alemania su sede tradicional, y Atenas, Grecia
Fuente: Forward – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico
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