por Soeren Kern • 31 de Agosto de 2017
Demasiado poco, demasiado tarde.
Agentes de policía desplegados en las Ramblas de Barcelona (España) el 18 de agosto de 2017, cerca del lugar en que la víspera se perpetró un ataque terrorista. (Foto: Carl Court/Getty Images).
A medida que se van conociendo detalles sobre el ataque yihadista del 17 de agosto en Barcelona, la evidencia apunta a una conclusión dominante: la matanza se podría haber evitado si no se hubiese omitido o ignorado una serie de alarmas.
No hacer caso de las advertencias de los servicios de inteligencia, tomar medidas de seguridad física o reportar una actividad sospechosa son factores que facilitaron el atentado, que había estado planificándose durante más de seis meses.
El atentado también lo facilitaron las idiosincrasias de la política española, especialmente las tensiones que existen entre el Gobierno central y los líderes del movimiento independentista en Cataluña, la comunidad autónoma de la que Barcelona es capital.
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