viernes, 27 de noviembre de 2020

 De lo mejor que he leído en el último tiempo

La imagen puede contener: cielo, nubes, exterior y naturaleza
YA NO TENEMOS EXCUSAS PARA NO SER FELICES
Ya está.
Ya pasó la locura, el delirio, los sueños desproporcionados, y los proyectos para cambiar el mundo de un extremo al otro.
Ya nos peleamos y nos amigamos con el mundo.
Ya está.
Ya nos decepcionamos y nos reconciliamos con la Vida.
Ya muchos amigos definitivamente se quedaron, y otros partieron para siempre.
Ya está.
Ya cada cosa lleva escrita su nombre exacto.
Ya se agradecen los fuegos tibios.
Ya está.
Ya los pequeños, son los grandes momentos.
Ya comprendimos que, si todos van hacia allí, es porque, la verdad, allí no está.
Ya está.
Ya las escaleras son siempre un poco empinadas.
Ya aprendimos que el valor de los sitios depende de las personas, y no del tamaño, el paisaje o la geografía.
Ya está.
Ya aprendimos a estar solos, y también aprendimos que no está nada mal.
Ya encontramos el tono exacto y las palabras justas de nuestras plegarias.
Ya no necesitamos que nadie nos venda lo que jamás, nunca, sucederá.
Ya está.
Ya lo aprendimos.
Ahora se agradecen los sorbos de agua, las sonrisas de los niños, los calmos atardeceres, los bancos desocupados de las plazas y, todo, por fin, asume las proporciones correctas.
Ya está.
Ya conocemos la diferencia precisa entre el valor y el precio de cada cosa.
Por eso...
Ya no tenemos excusas para no ser felices.

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