Las familias israelíes judías tienen cada vez más bebés.
Incluso en medio de la guerra que estalló tras el ataque terrorist@ del 7 de octubre del 2023, las familias judías de Israel deciden tener más hijos: las últimas estadísticas muestran que en el país nacieron más bebés en el 2024 que en los dos años previos.
Y un dato importante: el alza entre las familias judías no se debe, como podría suponerse, solamente a la tasa de fertilidad entre los padres ultra-ortodoxos.
Datos citados por el Jerusalem Post muestran que cerca de 134.000 del total de 181.000 niños que llegaron al mundo en Israel durante el 2024 lo hicieron en el seno de familias judías, frente a 131.000 del 2023 y 132.000 del 2022.
«La decisión de traer un hijo al mundo es una clara expresión de optimismo», afirmó el doctor Netanel Fisher en una columna para el diario de la capital israelí.
A pesar de las dificultades y los desafíos, agregó, «el número de nacimientos aumentó, lo que demuestra que la sociedad es más resiliente y esperanzada de lo que solemos pensar».
En efecto, el nuevo reporte sobre los índices globales de felicidad, difundido esta semana, mantuvo a Israel -que recientemente alcanzó la marca de los diez millones de habitantes– en el top ten de los países más felices del mundo.
Históricamente, recordó Fisher, los períodos de posguerra se caracterizaron por un aumento de la natalidad, «e incluso ahora, aunque la guerra continúa, parece que la gente está optando por tener más hijos» en Israel.
El experto reconoció que esa explicación por sí sola «no es suficiente», ya que incluso antes de la guerra la tasa de natalidad era «excepcional desde todos los puntos de vista» en el país.
«Mientras que en la mayoría de los países occidentales esa tasa está por debajo del umbral mínimo necesario para mantener a la población, aquí se observa la tendencia opuesta», remarcó.
Israel, apuntó, «supera no solo a los países occidentales, sino también a los no occidentales».
Los bebés, siguió el experto, «no son solo estadísticas, y traerlos al mundo no se trata solo de crecimiento económico y demográfico: la creencia en tener hijos refleja la fortaleza de la unidad familiar, lo que contribuye a la estabilidad, la alegría y la felicidad individual».
Fisher aseveró que, «en todas las comparaciones internacionales, Israel se destaca como un país orientado a la familia, con un alto porcentaje de familias y una baja tasa de niños nacidos fuera» de ese marco.
«Al observar estas cifras, queda claro por qué el país se ubica constantemente entre los más felices del mundo», dijo Fisher, que forma parte del centro de estudios Sha’arei Mada Ve’Mishpat, en Hod Hasharon.
Después de todo, concluyó, «la felicidad no es solo una emoción pasajera: proviene de la vida familiar, el compromiso social y la solidaridad, que brindan un sentido de propósito y seguridad en tiempos difíciles» como los que actualmente afronta Israel.
Imagen: Марина Вельможко/Pixabay
Israel Económico
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