domingo, 25 de junio de 2017

Al igual que el Faraón y Asuero, el rey Salman despertó una noche sudando entre sus sábanas de seda, sus suelos de mármol y sus bañeras doradas, y preguntó qué le pedía el rey israelita cuyo nombre llevaba en su propio ocaso: “El hombre que me sucederá”, el que “controlará toda la riqueza que gané … ¿quién sabe si será sabio o tonto?” Tonto o sabio, la designación esta semana de Muhammad bin Salman como heredero de Arabia Saudita aparentemente es mucho más que biología, aunque la marginación a los 32 años de edad del primo de 57 años que estaba en la línea para suceder al rey es seguramente una historia por derecho propio.
El príncipe bin Salman hereda el fracaso de sus antepasados de no hacer lo que hizo el faraón cuando usó los años buenos para prepararse para los malos.
ENLACEJUDIO.COM

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.