Uno de los desafíos más difíciles de este mundo es poner de acuerdo a varios judíos sobre un mismo asunto.
Y ahora lee este artículo. Te gustará.
Tampoco, pese al mito, lo éramos en tiempos de la Expulsión: si no, otro gallo hubiera cantado y a otro le hubieran endosado las culpas del mundo, robado y pateado en el trasero.
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