domingo, 3 de marzo de 2024

DEL WALL STREET JOURNAL

 EL TERRORISMO AGRICOLA DE HAMAS

El grupo también atacó granjas el 7 de octubre, aspirando a dañar el abastecimiento de alimento de Israel y a 'quebrar a la comunidad.'
TRADUCIDO POR Marcela Lubczanski
Por Rebecca Sugar
Febrero 26, 2024
Nahal Oz, Israel
Durante una semana luego del ataque de Hamas del 7 de octubre contra Israel, el hedor de 300,000 pollos podridos subió desde el kibutz Alumim, a 2 millas de la frontera con Gaza. Tres cooperativas fueron quemadas hasta sus cimientos, pero ellas no eran la fuente del olor. Los terroristas habían destruido los dispensadores automáticos de comida y agua para las cinco estructuras restantes que albergaban a la bandada, y después del ataque no había nadie alrededor para cuidar a las gallinas. Las aves murieron de hambre y sed, y sus cuerpos se descompusieron. Los residentes que regresaron para sondear los daños llevaban mascaras mientras recogieron y enterraron los cadáveres para prevenir la expansión de enfermedades.
La tragedia humana del 7 de octubre aun se apodera del país y se agrava por otro tipo de devastación que Hamas infligió sobre Israel. Danielle Abraham, directora ejecutiva de Volcani International Partnerships, una organización no gubernamental que aborda el hambre mundial utilizando innovación tecnológica israelí, lo llama "terrorismo agrícola."
Los terroristas atacaron tierras de cultivo, ganado, plantas e infraestructura mientras recorrían su camino a través del Neguev occidental, el cual produce aproximadamente el 70% de los vegetales del país, 20% de su fruta y 6% de su leche. "El ataque fue diseñado para destruir intencionalmente la producción agrícola, pero más que eso, estuvo destinado a destruir la identidad de la región, a quebrar la comunidad," dice la Sra. Abraham.
Los terroristas de Hamas dañaron viveros y graneros, dejándolos irrecuperables. Cortaron redes de cultivo e inundaron huertos. Quemaron tubos de irrigación y dispararon a los sistemas de fertiirrigación. Destruyeron el sistema de filtración para el reservorio local. La compactación del suelo y polución de los tanques israelíes traídos para expulsar a los terroristas han dañado aproximadamente el 10% de la tierra de la zona.
Los nacionales extranjeros de países tales como Tailandia, Nepal y Tanzania que trabajaban las granjas regresaron a sus países nativos después de los ataques, dejando muchos cultivos sin cosechar. El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Israel, anticipa que la cosecha de tomate de este año será un 30% de su producción normal a nivel nacional. Conocida por producir algunos de los tomates más dulces del mundo, Israel está ahora importándolos. Se espera escasez de lechuga y cebolla, y más del 20% de los campos de frutillas fueron abandonados. Los estimados de pérdidas de ingresos y daños a la infraestructura totalizan más de u$s500 millones.
Moran Freibach, director agrícola de Nahal Oz, un kibutz en el Neguev, habló a un grupo de filántropos estadounidenses que visitaron Israel el 6 de febrero. Tsahi Idan, su "compañero de café" fue secuestrado por Hamas y todavía está desaparecido. Cansado pero determinado, el Sr. Freibach se paró ante un campo de pimientos demasiado maduros y el casco carbonizado de un tractor de un millón de dólares mientras hablaba.
Él está tratando de reconstruir, pero no tiene mucho con lo que trabajar. Hamas rompió o robó mucho de su equipo agrícola. Las empresas de seguros no reembolsan los bienes perdidos "en un acto de guerra," así que el Sr. Freibach solicitó ayuda gubernamental. El recibió 45,000 shekels (alrededor de u$s12,400) para dos tractores más viejos. Los nuevos que él compró con crédito cuestan 360,000 shekels (cerca de u$s100,000). Él asumió el riesgo financiero, dijo, porque quiere salvar la granja.
La Sra. Abraham está trabajando para crear un inventario del equipo robado de la región pero no está contando con el gobierno para remplazar todo lo que se perdió. A través de su iniciativa ReGrow Israel, ella espera que la filantropía y la sociedad civil ayudarán a los granjeros a cubrir las brechas.
Los ataques contra el ambiente y recursos naturales de Israel no son nuevos. En 1965, la división Fatah de la Organización para la Liberación de Palestina hizo su debut en terrorismo con un intento fallido de volar el Transportador Nacional de Agua de Israel, el cual transfiere agua del Mar de Galilea a otras zonas del país. En el 2005 saqueadores palestinos dañaron aproximadamente 900 de los 3,000 viveros israelíes dejados atrás después que ellos se retiraron de Gaza. En el 2018 los terroristas lanzaron más de 800 globos incendiarios desde Gaza, prendiendo fuego a 6,100 acres de tierra agrícola en el Neguev. Los operativos en las granjas norteñas del país e incendio en sus bosques han sido hechos normales.
El agro-terrorismo se cobra un alto costo económico y está diseñado para el máximo efecto psicológico y emocional. Hamas no sólo atacó la tierra. Atacó el desierto floreciente de Israel, un símbolo nacional de innovación y resiliencia que se encuentra en el corazón de la idea del estado israelí.
Para ahora, los residentes del Neguev occidental se han relocalizado al interior de Israel, pero muchos planean retornar. Algunos kibutzim tienen listas de espera de las familias que quieren unirse.
Michal Uziyahu es el enlace con el alcalde de la region Eshkol, un grupo de 32 comunidades que incluye a kibutzim como Be'eri y los terrenos del festival de música Nova. Ella dice que más de 4,000 de los 17,000 residentes de Eshkol ya están de regreso. Ella está particularmente conmovida por el retorno del 50% de los trabajadores tailandeses. Algunos miembros de la comunidad visitan el fin de semana "sólo para oler sus casas," dice ella.
Hoy hay 250 vacas lecheras en Nahal Oz, aunque no tantas como antes. Hamas mató a 30 de ellas. Las que sobrevivieron no fueron ordeñadas durante 9 días. Muchas desarrollaron mastitis, una condición dolorosa que contaminó su leche y mató a 70 del rebaño.
Algunas que se recuperaron todavía no están produciendo leche. El trauma de los sonidos de las explosiones y disparos, que la Sra. Abrahams llama "la lista de reproducción del 7 de octubre," parece haber suspendido su producción. La Sra. Freibach y sus granjeros cuidarán de ellas. Mantenerlos ocupados es ayudar a los trabajadores a recuperarse también.
El primer primer ministro de Israel, David Ben Gurion, una vez dijo que "el futuro de Israel radica en el Neguev." Arbel Levin, director de desarrollo de negocios de Mishkey Hanegev Holdings, un consorcio de los kibutzim de la región, concuerda. Él es de Erez, un kibutz con huertos de palta, que se apoya sobre el cerco fronterizo con Gaza. El ejército evacuó a los residentes de Erez, pero el Sr. Levin insiste en que ellos retornarán cuando la seguridad retorne a la zona. "Cada metro que nos devuelven, lo cultivaremos,"
dijo él. "La región va a florecer nuevamente. Esto es sólo el comienzo."
La Sra. Sugar es columnista de The New York Sun y es autora de la próxima novela "Todo Está Un Poco Roto." 

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