martes, 16 de abril de 2024

 UNA HISTORIA PARA ESTOS DÍAS.

Entre las noticias sobre Irán y la limpieza de Pesaj, he aquí una historia del rabino Najman de Breslav, que da esperanza:
Había una vez dos mendigos, uno judío y otro no judío.
Se acercaba la fiesta de Pesaj y el mendigo judío le dijo al otro:
“Quedémonos con familias judías en la noche del Seder y disfrutemos de una buena comida".
Le explicó al alemán cómo se llevaría a cabo la fiesta, y se dispusieron a buscar una familia con quien quedarse.
Ambos mendigos encontraron familias que les dieron hospedaje.
El mendigo gentil recibió un trozo de apio en agua salada, exactamente como le había explicado su amigo.
Luego leyeron la Hagadá, esto también lo esperaba.
Pero cuando ya tenía mucha hambre y estaba poniéndose nervioso, le dieron maror, una hierba amarga.
Al mendigo judío se le había olvidado contarle sobre eso.
El alemán estaba seguro de que aquella era la comida y, lleno de amargura, se escapó de allí, enojado y decepcionado.
A altas horas de la noche se encontró con el mendigo judío, quien regresó lleno y feliz.
El otro, muy enojado, le contó todo lo que le había sucedido.
“Oh, que tonto eres", respondió el judío.
“Si hubieras esperado un poco más, tras las hierbas amargas habrías recibido una comida maravillosa".
El mensaje es claro: hay amargura en el mundo. Pero no vale la pena desesperarse: después del maror- de las hierbas amargas- viene el maravilloso banquete.
Es necesario tener paciencia.
En estos momentos experimentamos bastante amargura.
Que tengamos el mérito de que estas hierbas amargas terminen pronto, y que seamos bendecidos, con la ayuda de Dios, de llegar a nuestro propósito, a lo que queríamos y esperábamos, al próximo período, a buenas y felices noticias.
Sivan Rahav Meir.
La Porción Diaria.
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