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PARA ROMPER LA 'COLUMNA VERTEBRAL MORAL' DE LOS JUDIOS
Los juramentos de lealtad anti-sionista se volvieron el nuevo boleto de admisión a la cultura progresista.
Por Elliot Kaufman
Agosto 22, 2024
TRADUCIDO POR
Una victoria legal para los estudiantes judíos llega a través de una simplificación exagerada del Judaísmo. Sin embargo, en el proceso se tropieza con algunas verdades más profundas sobre el intento de distorsionar el Sionismo—apoyo a la existencia de un estado judío—desde una expresión modesta de la decencia política dentro de un mal radical y global, único entre las naciones.
“Los estudiantes judíos fueron excluidos de partes del campus de la UCLA debido a que se negaron a renunciar a su fe," falló el Juez de Distrito Mark C. Scarci en Frankel v. los Regentes de la Universidad de California. Su medida cautelar del 13 de agosto significa que la UCLA no puede permitir una repetición de la primavera, cuando los acampes de protesta negaron a los "sionistas" acceso a un patio principal y vía pública, una biblioteca e incluso algunas aulas.
Menos de una semana después, el 19 de agosto, el presidente de la Universidad de California ordenó que sus 10 campus y sus cancilleres apliquen las normas contra los acampes, bloqueando caminos y enmascarándose para proteger la identidad de uno. Tal vez el enfoque legal obtenga resultados.
El juez se enfocó en el libre ejercicio de la religión: Los demandantes, tres estudiantes judíos, “afirman que apoyar al estado judío de Israel es su creencia religiosa sostenida sinceramente.” Para un demandante, la denuncia lo atestigua, "el Judaísmo es sinónimo de apoyar a Israel.” Otro “busca seguir la ley judía (halajá), la cual prohíbe hablar mal de o difamar a la tierra de Israel." Este es el motivo por el cual él cree, como un tema de su fe religiosa, que debe apoyar a Israel.”
Es difícil imaginar a otros tribunales sosteniendo estas interpretaciones. El Judaísmo, en todo su antiguo esplendor, no es "sinónimo" de apoyar a un estado fundado en 1948. Tampoco la prohibición de difamar a la Tierra Santa, como una tierra, ordena el apoyo a Israel. Hay mejores argumentos religiosos para apoyar a Israel, pero la marginalización de los estudiantes judíos exige nuestra atención por otras razones.
Primero, entender lo que hicieron los manifestantes. Ellos levantaron barreras y puestos de control, y bloquearon por la fuerza a estudiantes de partes de los campus a menos que ellos estimaran a Israel culpable de los crímenes más viles; rechazaran el Sionismo, o el derecho de Israel a existir; y respaldaran el programa político de los manifestantes. Estas son tácticas de los Guardias Rojos, anatema del espíritu académico. Ellos desafían al espíritu académico. ¿Qué universidad que todavía sea creíble en su misión los toleraría?
Segundo, los fanáticos anti-Israel exigen que los judíos renuncien no tanto a los principios de su religión como a su dignidad y a la solidaridad que sostiene al pueblo judío.
Alrededor de la mitad de los judíos del mundo viven en Israel, el cual se ha vuelto el centro de la creatividad cultural judía. El futuro judío, en toda esfera, es construido cada vez más allí. Buscar destruir o disolver al estado de Israel, como hacen los anti sionistas, y dejar a esos siete millones de judíos y a ese futuro judío en las manos de una mayoría árabe que viva la masacre del 7 de octubre, está más allá de ser imprudente. Para los judíos, traiciona una cruel indiferencia o desprecio por los prójimos de uno. Demandar que los judíos asuman tal posición, o ser vituperados o callados, es extorsionar.
Ajustado para nuestra época, la extorsión no es religiosa en la forma. Un bautismo ya no es más "el boleto de admisión de los judíos a la cultura europea," como lo dijo Heinrich Heine (1797-1856). Este boleto llevaba un precio, pero en la época de Heine la parte religiosa ya se había vuelto secundaria para muchos judíos que habían dejado de creer. Era el sacrificio de la dignidad—el abandono del pueblo de uno, el pago de rescate por los derechos básicos de inclusión—lo que irritaba.
Muchos judíos se convirtieron de todas formas. Otros, tales como aquellos en las congregaciones reformistas alemanas que dieron de baja la circuncisión y la esperanza para una restauración a Sión y movieron el Shabat al domingo, trataron de encontrar a Europa a mitad de camino. La persecución se intensificó. “La columna vertebral moral de los judíos estaba en peligro de ser quebrada,” escribió Leo Strauss. El Sionismo surgió de esta vorágine para plantear una estrategia de supervivencia alternativa y dignificada, leal a la suerte judía.
Hoy, los manifestantes en los campus y sus aliados en los cuerpos de la intelectualidad y el activismo están intentando hacer del juramento de lealtad anti sionista el nuevo boleto de admisión a la cultura educada, o progresista. Ellos, también, demandan que se les pague en dignidad, y enfrentando el trato brutal, los judíos se contorsionan en tantas formas como en siglos pasados. Desechen a sus correligionarios judíos, y ustedes tendrán permitido pasar a través del puesto de control—al menos hasta que las demandas aumenten nuevamente.
En apoyo de la emancipación judía en 1789, en Conde de Clermont-Tonnerre dijo a la Asamblea Nacional de Francia: “Debería negárseles todo a los judíos como una nación, pero concedérseles todo como individuos." En una parte creciente de la izquierda estadounidense, la oferta se mantiene. Debatir si esto viola la libertad de culto de un judío u otro es perder el punto.
Un miembro del profesorado de UCLA, destaca la denuncia de los demandantes, vio el mensaje “Liberen a Palestina, P— Judíos,” garabateado en la pared del baño en el edificio de música Schoenberg. Los porteros lavaron el graffiti, sólo para que sea reemplazado por un nuevo grafitti: “P— Sionistas.”
¿Qué puede uno decir al ingenuo que observa esa secuencia y ve progreso moral en evitar la discriminación religiosa? Una nueva-antigua política está siendo organizada contra los judíos, y sus tácticas de rufianes, más a menudo que no, se encuentran con cobardía o simpatía de las partes responsables. En necesidad de otra transfusión de columna, los judíos pueden recurrir nuevamente al Sionismo ¿A qué recurrirán todos los demás?
El Sr. Kaufman es el editor de cartas del Journal.
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