lunes, 30 de septiembre de 2024

DEL WSJ

 LA MUERTE DE HASSAN NASRALLAH PRIVA A HEZBOLA DE SU CORAZON LATIENTE

El jefe carismático del grupo terrorista, quien fue reverenciado y vilipendiado en el Medio Oriente, fue eliminado por un ataque aéreo israelí.
TRADUCIDA POR Marcela Lubczanski
Por Jared Malsin y Sune Engel Rasmussen 
Septiembre 28, 2024


BEIRUT—El líder de Hezbolah, Hassan Nasrallah era un político carismático y feroz ideólogo islámico que convirtió al grupo terrorista chií en la fuerza armada no estatal más poderosa del mundo con el respaldo de Irán.
Nasrallah, quien fue eliminado en un ataque el viernes por parte de Israel, se había establecido como una de las figuras más reverenciadas y más vilipendiadas en el Medio Oriente. Bajo su control, Hezbola utilizó una campaña de bombardeos suicidas, secuestros y ataques con misiles para desafiar la influencia estadounidense e israelí a lo largo de la región.
Su muerte a los 64 años de edad, priva al grupo de su líder de más de tres décadas y llega en un momento peligroso para el Medio Oriente cuando Israel y Hezbola se arrojan violentamente hacia la guerra a gran escala en Líbano. 
Anteriormente este mes, Nasrallah habló desde el escondite para prometer que su grupo—una organización designada terrorista por Estados Unidos—retaba a las tropas israelíes a venir al territorio libanés donde sus fuerzas han combatido eficazmente a las fuerzas israelíes invasoras en el pasado.
Para sus partidarios, Nasrallah se convirtió en una figura casi mesiánica, comandando la lealtad de decenas de miles de devotos musulmanes chiíes, y ascendiendo para convertirse en la figura más importante en la serie de milicias aliadas de Irán. Para sus enemigos era un terrorista antisemita que lideraba un movimiento responsable por cientos de muertes estadounidenses e israelíes.
Cuando Hezbola expulsó a Israel de Líbano después de 15 años de ocupación en el año 2000, para muchos en el Medio Oriente, proyectó a Nasrallah entre los estrategas más eficaces y peligrosos de la región. El también supervisó la transformación de Hezbola de una milicia que operaba en células pequeñas en un partido político y una red militante terrorista con alcance global.
El camino al conflicto actual que llevó a su muerte comenzó con el ataque liderado por Hamas el 7 de octubre contra el sur de Israel, el cual mató a 1,200 personas, vio a alrededor de 250 tomadas como rehenes y desencadenó una feroz campaña militar israelí sobre Gaza. Nasrallah insertó a Hezbola en la guerra al disparar cohetes a Israel al día siguiente, en solidaridad con Gaza, poniendo en movimiento un año de violencia transfronteriza.
“Nasrallah es el corazón latiente de Hezbola," dijo Fawaz Gerges, un académico y profesor meso-oriental de relaciones internacionales en la London School of Economics. "Va a llevar años, si no décadas, llenar sus zapatos, reemplazar a Nasrallah, tener tal resistencia y carisma, tener la capacidad de inspirar y motivar a las bases."
Antes de su muerte, Nasrallah había atravesado la crisis más seria que enfrentó como líder de Hezbola. Una serie de ataques israelíes habían acabado con sus lugartenientes de más confianza y dejaron a la organización en desorden. El había prometido dura represalia contra Israel mientras su grupo continuaba enviando cohetes a Israel. Los aviones de combate israelíes lanzaron los ataques aéreos más intensos del conflicto a raíz de las explosiones de dispositivos electrónicos.
Durante cerca de un año de intercambios de represalias con Israel, Hezbola puso en exhibición su arsenal de armas actualizadas, incluidos misiles antitanques guiados y drones, adquiridos a través de su alianza profundizada con Irán. Hezbola disparó un misil balístico en Tel Aviv, el cual fue interceptado pero por lo demás, ha retenido sus armas más avanzadas.
Israel demostró su infiltración de las redes y cadena de suministro de Hezbola este mes en un ataque en el cual miles de dispositivos electrónicos del grupo estallaron a lo largo de Líbano, matando a 37 personas e hiriendo a más de otros 3,000.
El ejército de Israel, proponiéndose detener los ataques de Hezbola para que decenas de miles de sus ciudadanos desplazados después del 7 de octubre pudieran retornar al norte, siguió con un ataque aéreo en Beirut que mató a un grupo de líderes prominentes de las fuerzas de élite Radwan de Hezbola.
En apenas más de una semana, Hezbola pasó de parecer una fuerza de combate dominante a algo más vulnerable. La muerte de su líder lo deja aún más expuesto, negándole a él y a su patrón Irán una de sus armas más potentes: su atractivo personal como líder entre el público árabe más amplio con una reputación temible en el Medio Oriente.
Nasrallah, quien llevaba una barba tupida y gris y hablaba con un ligero impedimento en el habla, era reverenciado por sus partidarios. Su rostro aparecía en carteleras, en imágenes enmarcadas en casas y en llaveros. Ellos reproducían a todo volumen sus discursos de victoria mientras manejaban. Las estrellas populares cantaban sobre las hazañas del grupo contra Israel y algunos pedían las túnicas que él vestía.
Sus discursos, salpicados de condenas estruendosas a Israel y al Occidente, estaban entre los seguidos más de cerca de cualquier líder árabe. A veces, él mostraba un don cinematográfico para el drama en la forma en que el grupo ejecutaba sus ataques.
En un discurso grabado a los tres días de la guerra del 2006, Nasrallah concluyó diciendo: "Las sorpresas que prometí comenzarán ahora." En ese momento, un misil de Hezbola atacó un buque israelí en el Mediterráneo. "Este es el principio. Mucho más se dirá antes del fin," dijo él.
Nasrallah también tenía sentido del humor. El una vez se burló de John Bolton, cuando era embajador estadounidense ante las Naciones Unidas. "El parece algo raro con su bigote," dijo Nasrallah.
Para Nasrallah, la lucha contra Israel era personal. Su hijo mayor, Hadi, resultó muerto a los 18 años en el sur de Líbano combatiendo a las fuerzas israelíes en 1997 en el sur de Líbano, las que retuvieron su cadáver.
"Agradezco a Dios y lo alabo por su gracia final y amabilidad de elegir un mártir de mi familia," dijo Nasrallah a los partidarios en la época. Israel devolvió los restos de su hijo en el 2004 como parte de un intercambio de prisioneros. La muerte de su hijo cimentó la reputación de Nasrallah como un líder sufriendo con su pueblo; la suerte de su familia entrelazada con la de Hezbola.
Nacido en el este de Beirut en 1960, Nasrallah pasó su niñez y adolescencia temprana en la escuela pública, antes de registrarse en un seminario chií en la ciudad libanesa de Baalbek a los 16 años. El más tarde estudió en Najaf, Irak, en un seminario perteneciente al ayatola al-Sadr, un clérigo prominente que fue ejecutado por Saddam Hussein.
Una relación de esa época perdudaría: su amistad con el ayatola iraní Ruhollah Khomeini.
Cuando Israel invadió Líbano en 1982, Nasrallah se unió a un movimiento de chiíes libaneses dispares unidos en su lucha contra la ocupación israelí de Líbano. Desde el inicio, el grupo que se convirtió en Hezbola fue influenciado por Khomeini y la revolución islámica de Irán de 1979. Muchos miembros de Hezbola fueron entrenados por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de élite de Irán.
A los 32 años, Nasrallah asumió el mando de Hezbola, después que un cohete disparado a un coche desde un helicóptero israelí incineró a su predecesor en 1992. Bajo su liderazgo, Hezbola se expandió desde sus orígenes como una milicia en uno de los grupos políticos más poderosos de Líbano. El año en que él asumió, los candidatos de Hezbola se presentaron para el Parlamento por primera vez. El grupo también dirigía una red de organizaciones de caridad, escuelas y servicios sociales.
Aunque se afianzó fuertemente en el sistema político legítimo del país, Hezbola también causó agitación política. En el 2005, uno de los miembros del grupo asesinó al primer ministro libanés Rafiq Hariri, encontró un tribunal de Naciones Unidas en el 2020.
En el 2006, cuando el grupo se encontró bajo presión local dentro de Líbano, Hezbola condujo un operativo transfronterizo dentro de Israel, para capturar soldados israelíes, provocando una guerra de un mes. Hezbola surgió más fuerte después de enfrentar a las fuerzas israelíes invasoras en el sur de Líbano con misiles perforadores de blindados que destruyeron los tanques israelíes.
La guerra civil siria que estalló en el 2011 en cierta medida alteró la imagen de Nasrallah. Muchos en el mundo árabe se opusieron al apoyo de Hezbola al dictador sirio Bashar al-Assad, un esfuerzo bélico centrado en hambrear y bombardear ciudades para someterlas.
No quedó inmediatamente claro quien sucedería a Nasrallah. La reciente campaña de Israel contra Hezbola ha diezmado a su liderazgo.
"En este momento, Israel está dando forma a este liderazgo en los niveles militar y de seguridad," dijo Mohanad Hage Ali, un subdirector en el Malcom H Kerr Carnegie Middle East Center, un instituto de investigación en Beirut. "Ellos están imponiendo un cambio generacional."

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