viernes, 21 de febrero de 2025

DEL TIMES OF ISRAEL

 LOS REHENES PRIMERO, EL COLAPSO DE HAMAS DESPUES

Israel debe dar una oportunidad a la fase II del acuerdo de cese del fuego, no sólo para salvar a los rehenes, sino para sanar la herida abierta en la sociedad israelí.
traducida por  
Marcela Lubczanski
Por Michael Herzog
Febrero 15, 2025


A dieciseis meses de iniciada la guerra, la tensión entre los objetivos de Israel de liberar a todos los rehenes y hacer colapsar el gobierno de Hamas en Gaza está llegando a un punto crucial. Israel ha asestado un golpe debilitante a la capacidad militar de Hamas, pero no ha registrado un golpe correspondiente a su capacidad de gobernanza y no ha producido una alternativa viable a ella. Esto fue demostrado claramente en las imágenes de nuestros rehenes torturados saliendo de los calabozos para hacerlos desfilar en exhibiciones del control de Hamas en Gaza. 
La tensión entre estos dos objetivos fue incorporada en el esquema por fases del acuerdo de rehenes que la administración Biden presentó en mayo, basado en las propuestas israelíes. Tanto Israel como Hamas preferían un marco de fases en lugar de un acuerdo integral que libere a todos los rehenes de un plumazo. Israel quiso mantener la opción de seguir la guerra hasta que Hamas sea derrotado completamente. Hamas quiso mantener a algunos rehenes como una póliza de seguro para ayudar a preservar sus armas y gobierno.
Entrando a la Fase I del acuerdo, nos las arreglamos para superar esta contradicción a través de acrobacias lingüísticas y compromisos con Israel por parte de las administraciones estadounidenses saliente y entrante que permitirían a Israel volver a combatir a Hamas al final de la Fase I. Hamas acompañó desde una posición de debilidad, habiendo perdido la esperanza en que Israel sería arrastrada a una gran guerra regional que la detendría en Gaza. Sin embargo, hacer la transición de la Fase I a la Fase II demanda una determinación clara del orden de precedencia de Israel entre estos dos objetivos, que son ambos indispensables.
La administración Trump, la cual apoya estos dos objetivos y fue instrumental en llevar a las partes a la Fase I, también enfrenta esta elección, pero este es primero y principal un tema israelí. En esta coyuntura, parece que el gobierno de Israel prefiere buscar la devastación completa de Hamas en lugar de implementar la Fase II del acuerdo.
No es demasiado tarde para que Israel reconsidere su posición de la Fase II al costo de detener la guerra en Gaza por el momento, y opte por priorizar la liberación de nuestros rehenes a través de la Fase II al costo de detener la guerra en Gaza por el momento. Los rehenes primero, aplastar a Hamas después.

Precio Doloroso
Los argumentos contra cualquier acuerdo o contra entrar a la Fase II no deberían ser descartados de plano sólo porque algunos de los que las expresan han presentado consideraciones políticas vergonzosas en este debate delicado. De hecho, cualquier acuerdo con una organización terrorista brutal es problemático, involucra el precio doloroso de liberar a terroristas asesinos, y llega con riesgos para la seguridad. Hemos experimentado esto en acuerdos pasados, muy memorablemente en el acuerdo Shalit que liberó a Yahya Sinwar.
Naturalmente, el peligro real y presente para las vidas de los rehenes pesa en favor de un acuerdo ahora. En cuanto a los futuros riesgos para la seguridad asociados con el acuerdo, incluyendo dejar a Hamas en el poder, Israel puede minimizarlos a través de medias preventivas eficaces basadas en las lecciones del 7 de octubre, e Israel es lo suficientemente fuerte como para completar la remoción de Hamas del poder en cualquier momento después de la liberación de los rehenes. El control del perímetro de Gaza por parte de las FDI dificulta más a Hamas reagruparse, y con los rehenes fuera, las FDI tendrán más libertad de acción.
Pero lo que finalmente desequilibra la balanza es el tejido interno de Israel. La sociedad israelí está en trauma profundo con heridas abiertas. El retorno de los rehenes es parte de su proceso esencial de sanación. El estado está obligado a proporcionar seguridad a sus ciudadanos, y a hacer su máximo esfuerzo por obtener su libertad si ellos caen en cautiverio. Esto es lo que todo ciudadano israelí espera y merece y lo que todo soldado que se enrola en las FDI debería tener en mente. Hoy, la obligación del estado de rescatar a los rehenes es aun más suprema, dado su fracaso en proporcionar seguridad a sus ciudadanos el 7 de octubre.

Un problema nacional
Los que se oponen al acuerdo y afirman que no se debe permitir que los gritos de las familias de los rehenes superen el interés de la seguridad general, pasan por alto que este no es meramente un problema personal de estas familias, es un problema nacional que toca las bases del pacto no escrito entre el estado y su ciudadanía.
Priorizar la destrucción total de Hamas en uGaza significa una guerra que durará por muchos meses, mientras pone gravemente en peligro las vidas de los rehenes, echando sal en la herida abierta en la sociedad israelí, y perdiendo la oportunidad existente de buscar un acuerdo saudí. El intento de promover este objetivo a través de un ultimátum a los líderes de Hamas en Gaza para que depongan sus armas y les sea dada una salida segura fuera de la franja tiene bajas probabilidades de éxito y altas posibilidades de echar a pique el acuerdo. Contrariamente a las predicciones pesimistas, cuando Israel decida renovar su presión militar sobre Hamas a su debido tiempo, ninguna fuerza puede detenerla, y Hamas probablemente le proporcionará amplias justificaciones. Hay una posibilidad excelente que podamos formar entendimientos sobre esta cuestión con la administración Trump. Estos podrían incluir medidas adicionales basadas en el propio manual de juego de Trump, tal como permitir que los gazatíes se vayan voluntariamente. 
Hamas es un enemigo brutal que debe ser diezmado y sacado del poder. La fase dos del acuerdo puede ser frustrada por Hamas, pero Israel tiene la obligación de darle una oportunidad real. Si intentamos y fallamos, tendremos legitimidad plena para continuar aplastando a Hamas en Gaza. Si tenemos éxito, liberaremos a nuestros rehenes, haremos avanzar el proceso de sanación interna, y abriremos espacio para realizar objetivos estratégicos no menos importantes que aplastar a Hamas, tales como neutralizar la amenaza nuclear iraní y abrirnos paso hacia la paz con Arabia Saudita.
Michael Herzog se desempeñó como Embajador de Israel ante Estados Unidos entre noviembre del 2021 y enero del 2025. El es un General de Brigada retirado de las FDI y tuvo un rol crucial en las negociaciones de paz de Israel a lo largo de años.

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