El movimiento Fatah del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, instó el sábado a sus rivales islamistas del grupo terrorista Hamás a ceder el poder en la Franja de Gaza para salvaguardar la existencia de los palestinos en el enclave costero.
Instó a Hamás a "retirarse del gobierno y reconocer plenamente que la batalla que se avecina conducirá al fin de la existencia de los palestinos" si el grupo permanece en el poder en Gaza. Un portavoz de Hamás respondió a los comentarios de al-Hayek, afirmando que el grupo terrorista "está dispuesto a aceptar cualquier acuerdo sobre la administración de Gaza que genere consenso".
Añadió que Hamás "no aspira a gobernar Gaza" y que, en cambio, le preocupa el "consenso nacional".
La negativa de Hamás hasta la fecha a renunciar al control de la Franja y a desarmarse ha sido el principal escollo en las negociaciones con Israel sobre un alto el fuego permanente.
El grupo terrorista tomó el poder en Gaza en 2007, tras un violento golpe de Estado, tras el cual la Autoridad Palestina, dominada por Fatah, se apoderó del poder, y los intentos posteriores de reconciliación han fracasado.
El territorio ha sido devastado por una ofensiva israelí tras el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023.
Tras el fracaso de las negociaciones para extender el alto el fuego de enero, Israel reanudó los ataques aéreos contra objetivos terroristas en Gaza el martes, seguidos de operaciones terrestres al día siguiente. Hamás respondió con lanzamiento de cohetes hacia Israel en días consecutivos.
El viernes, el ministro de Defensa, Israel Katz, amenazó con anexar partes de Gaza a menos que Hamás liberara a los rehenes israelíes restantes capturados durante la masacre del 7 de octubre.
Los grupos terroristas en la Franja de Gaza mantienen a 59 rehenes, incluidos 58 de los 251 secuestrados por terroristas liderados por Hamás el 7 de octubre de 2023. Entre ellos se encuentran los cuerpos de al menos 35 muertos confirmados por las Fuerzas de Defensa de Israel, según The Times of Israel.
A mediados de enero, Israel y Hamás acordaron un alto el fuego con rehenes que duró oficialmente 42 días. El acuerdo permitió al grupo terrorista liberar a 30 rehenes vivos y los cuerpos de ocho cautivos muertos, a cambio de casi 2.000 terroristas y otros prisioneros, antes del vencimiento de la primera fase del acuerdo.
El acuerdo preveía inicialmente una posible segunda fase que supondría el fin permanente de la guerra a cambio de la liberación de los rehenes restantes y de más prisioneros de seguridad palestinos. Sin embargo, Israel se niega a cualquier acuerdo a largo plazo que mantenga a Hamás como poder gobernante en la Franja.
Netanyahu ordenó reanudar los combates durante la noche del lunes al martes, afirmando que las conversaciones posteriores se mantendrían bajo fuego tras el rechazo de Hamás a las propuestas de extender la primera fase del alto el fuego. Hamás ha insistido en cumplir los términos del acuerdo firmado en enero, que exigía a las partes iniciar las conversaciones sobre la segunda fase a principios de febrero. Israel se negó a hacerlo, insistiendo en que Israel no abandonará Gaza hasta que se haya desmantelado la capacidad militar y de gobierno de Hamás.
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