lunes, 24 de marzo de 2025



Un judío israelí fue secuestrado en el Reino Unido por tres musulmanes.
(por Sara Pachter para Aishlatino)
¿Por qué esta historia no es noticia de primera plana en todo el mundo?
Itay Kashti, un productor y compositor de música israelí que vive en el Reino Unido, fue secuestrado y golpeado por tres musulmanes por ser un judío israelí en agosto de 2024. Apenas logró escapar y salvar su vida.
Cuando Itay recibió un e-mail de un ejecutivo de una compañía discográfica invitándolo a un retiro de composición de canciones, no sospechó nada. Itay recibe invitaciones como esta con frecuencia.
Investigó el programa e incluso habló con el organizador, y todo parecía estar en orden.
Todos los detalles estaban organizados. A través de Airbnb se reservó para él una casa en Carmarthenshire, y se programó su viaje en taxi desde su casa en Londres.
Al llegar a la casa de campo, Itay se encontró con una escena sacada de una película de terror. Tres hombres, Faiz Shah (23 años), Mohammad Comrie (23) y Elijah Ogunnubi-Sime (20), aparecieron de la nada y atacaron a Itay, golpeándolo y pateándolo hasta hacerlo sangrar. También agredieron al taxista, que había estado ayudando con el equipaje.
Los tres llevaban máscaras de goma para ocultar su identidad. El taxista logró huir y llamar a la policía, pero Itay no tuvo tanta suerte.
Lo esposaron a un radiador y, sorprendentemente, lo dejaron solo. Mientras estaba solo, Itay notó que estaba atado a una tubería desconectada. Esto le permitió desengancharse, encontrar su teléfono y correr a esconderse en unos arbustos cercanos. Usó su teléfono para llamar a su esposa, quien avisó a la policía.
Itay describió su experiencia como aterradora. Pensó que lo iban a matar. Mientras estaba solo y herido, recordó a sus antepasados que sobrevivieron al Holocausto y a los rehenes en Gaza secuestrados por Hamás. Si no hubiera sido por la falta de sofisticación de sus secuestradores, Itay está convencido de que lo habrían matado.
Si bien la ejecución del secuestro fue amateur, su planificación fue premeditada y meticulosa.
Los atacantes dedicaron tiempo a hacer una lista de objetos necesarios para el secuestro, incluyendo ketamina para drogar a Itay, esposas, una pistola falsa y una venda para los ojos, entre otras cosas. Aunque el motivo principal era económico, también había una motivación religiosa radical.
En el chat que los secuestradores crearon para planificar el crimen, declararon: "Todos creemos 100% en Alá, así que no podemos fallar".
Los tres acordaron ocultar sus verdaderas intenciones yihadistas para evitar una sentencia más severa en caso de que su plan fallara.
Una vez capturados por las autoridades, los acusados enfrentaron a la justicia británica. Aunque inicialmente se declararon inocentes, al segundo día del juicio se declararon culpables.
Pero no mostraron el mínimo arrepentimiento.
Los secuestradores, que se conocieron en Internet a través de su odio común hacia los judíos, creían que Itay obtenía beneficios financieros de los asentamientos en Cisjordania. También descubrieron que había asistido a manifestaciones pro-Israel, lo que, según ellos, justificaba su crimen atroz. Uno de los secuestradores afirmó: "Ningún remordimiento por un hombre como este, no es sólo un judío cualquiera que lo hace por dinero, realmente ama esta m@%&!"
Hace unos días, el 14 de marzo de 2025, los agresores fueron condenados a ocho años de prisión.
La jueza Catherine Richards expresó que no tenía “ninguna duda” de que Itay fue elegido y atacado debido a “su riqueza y su herencia judía.”
La jueza agregó: "[Los acusados] parecían justificar sus acciones contra la víctima en este caso basándose en su origen, como si fuera menos digno de respeto y compasión, lo cual es absolutamente aborrecible para cualquier persona con sentido común".
Itay Kashti ha quedado profundamente afectado por lo que vivió y comparó el ataque con su "7 de octubre personal." Ya no se siente seguro en su comunidad y no está seguro de cómo podrá seguir ganándose la vida después de este evento.
Itay declaró: "Se ha añadido un peso enorme sobre mis hombros, que probablemente no desaparecerá pronto. Es como si en todo momento estuviera a punto de ocurrir algo dramático."
A pesar de lo atroz de este secuestro, un acto flagrante de antisemitismo cometido en el Reino Unido, los principales medios de comunicación apenas han mencionado esta historia.
Los ataques contra los judíos, en cualquiera de sus formas, deben terminar. No podemos seguir haciendo la vista gorda ante el antisemitismo.
Foto 1) Itay Kashti.
Foto 2) Los terroristas secuestradores.

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