miércoles, 22 de junio de 2016

Así está exterminando el Estado Islámico a los yazidíes

Por Pablo Molina 

Exterminio yazidíes
"La acusación de genocidio contra el Estado Islámico la sostiene una comisión de investigación de la ONU enviada a Siria, que ha recopilado en un informe pruebas de todo tipo de las atrocidades cometidas por el EI contra los yazidíes"
La comunidad yazidí está formada por unos 400.000 individuos, residentes casi en su totalidad en Sinyar, una región montañosa del norte de Irak cercana a la frontera con Siria. Los yazidíes han vivido allí desde tiempos ancestrales, haciendo profesión de una fe que toma elementos de diversos credos. Este extraño sincretismo religioso hace que los radicales islamistas los consideren unos “adoradores del diablo”.
A pesar de estas reticencias teológicas, los yazidíes mantenían buenas relaciones de vecindad con las comunidades suníes de la zona. Todo cambió a primeras horas del 3 de agosto de 2014, cuando los terroristas del Estado Islámico (EI) irrumpieron en Sinyar y desataron el terror. El genocidio había comenzado.
La acusación de genocidio contra el Estado Islámico la sostiene una comisión de investigación de la ONU enviada a Siria, que ha recopilado en un informe pruebas de todo tipo de las atrocidades cometidas por el EI contra los yazidíes. Los expertos de la ONU han entrevistado a 45 testigos de las matanzas y abusos los terroristas del califato islamista. Además, han utilizado imágenes de satélite y pruebas documentales procedentes de fuentes fiables para sostener su acusación. La conclusión es contundente:
El ISIS ha buscado destruir a los yazidíes a través del asesinato, la esclavitud sexual, la tortura, el trato degradante e inhumano y el traslado forzoso (…); la imposición de unas condiciones de vida que llevan a una muerte lenta y de medidas para evitar el nacimiento de niños, (…) la conversión de los adultos, la separación de los hombres y las mujeres (…); el [apartamiento] de los niños de sus familias [para que convivan] con combatientes del ISIS y (…) la supresión de las creencias y prácticas de su comunidad religiosa, borrando su identidad como yazidíes. Los discursos y la conducta de sus combatientes demuestran claramente que el ISIS pretendía destruir parcial o totalmente a los yazidíes de Sinyar, que constituyen la mayoría de la población mundial de yazidíes.
La comisión denuncia que el EI ha trasladado por la fuerza a Siria a miles de mujeres y niños yazidíes. Se estima que al menos 3.200 mujeres y niñas yazidíes siguen cautivas del EI; la mayor parte permanece en Siria, en áreas controladas por el grupo terrorista.
La degradación a la que someten a sus víctimas femeninas y su utilización como esclavas sexuales no conoce edades ni límites. Una niña yazidí de 12 años, que estuvo en manos del EI durante siete meses y fue vendida cuatro veces a distintos terroristas, lo explica así:
Fuimos registradas. El ISIS apuntó nuestros nombres, edades, de dónde éramos y si estábamos casadas o no. La niña más joven (…) tenía unos 9 años. Una niña me dijo: “Si tratan de llevarte, es mejor que te suicides”.
Pero hay relatos aún más escalofriantes:
En 2015, un miembro libio del ISIS compró a una mujer yazidí y a sus hijos, el mayor de los cuales era una niña de 7 años, y los llevó a una casa de la provincia de Deir Ezzor. Después de prestar a la madre para que fuera violada por otro combatiente durante toda una noche, el terrorista libio llevó a la niña de 7 años a una habitación y cerró la puerta: le dijo a la madre, que estaba en la puerta gritando, que quería comprobar si la niña de 7 años estaba “lista para casarse”.
Los niños tienen un destino distinto: convertirse en soldados del califato terrorista. Según se relata en el referido informe, no es posible determinar el número de menores varones en manos del EI. Sin embargo, queda fuera de toda duda que muchos de los niños yazidíes tomados como prisioneros acaban siendo entrenados para ser utilizados como carne de cañón en las ofensivas del grupo terrorista en Siria e Irak.
Los expertos de la ONU, a la luz de las pruebas recopiladas y de las leyes internacionales, concluyen que el EI ha cometido un delito de genocidio contra la población yazidí, al buscar su exterminio a través de continuos crímenes de guerra y de lesa humanidad.
El informe concluye que la dramática situación de los yazidíes está todavía lejos de resolverse:
Más de 3.200 mujeres y niños están todavía en manos del ISIS. La mayoría están retenidos en Siria, donde las mujeres y niñas yazidíes siguen esclavizadas sexualmente y sufriendo toda clase de abusos, mientras los niños yazidíes son adoctrinados y entrenados. Miles de hombres y jóvenes varones yazidíes están desaparecidos. El comercio del ISIS con las mujeres y niñas y el reclutamiento y la utilización de los chicos nunca han cesado. El genocidio de los yazidíes continúa

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