por Maria Polizoidou • 28 de Octubre de 2016
El arzobispo Jerónimo de Atenas y toda Grecia distribuye comida a migrantes en el puerto del Pireo. El arzobispo se quitó el crucifijo durante su visita al Pireo, para, dijo, no "ofender" a los migrantes musulmanes. (Imagen: pantallazo de un vídeo de Hellas News TV)
¿Qué hace un ejército de ocupación cuando está instalado en un país? Ocupa el territorio, obligando a sus habitantes a seguir su estilo de vida. Aplica medidas contra los habitantes del país, hace propaganda de sus propias creencias y utiliza la fuerza para imponerlas.
Esto es, lamentablemente, lo que ha estado ocurriendo en Grecia por parte de los migrantes que parecen "olvidar" que han sido acogidos en Grecia y que obligan a los griegos a sentirse huéspedes en su propio país.
Si alguien es un refugiado de guerra, o su vida está en peligro en su país de origen, lo apropiado sería que, cuando llega al país que le ofrece asilo, esté agradecido al país, respete su historia, su gente, sus valores y sus leyes. Lo mismo ocurriría con un inmigrante que quisiera ir a un país donde espera encontrar un futuro mejor.
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