Revista de Prensa
Oriente Medio: se fían más de Netanyahu que de Obama
Walter Russell Mead escribe en The American Interest sobre la manera en que The New York Times cubrió las intervenciones de Netanyahu y Abás en la última Asamblea General de la ONU. Por primera vez, el conflicto palestino-israelí no ha ocupado el centro de la atención, algo que el autor considera un éxito estratégico del primer ministro israelí, al que sitúa muy por encima de Obama en cuanto a capacidad, visión geoestratégica y liderazgo.
Hay quizás solo una cosa más difícil de procesar para la mentalidad americana que el hecho de que Obama ha sido un terrible presidente en política exterior, y es que Bibi Netanyahu es un extraordinariamente exitoso primer ministro. En Asia, África y Latinoamérica, la diplomacia israelí es cada vez más sólida. Prácticamente todos los líderes árabes y de Oriente Medio piensan que Bibi es más listo y fuerte que el presidente Obama y, como el prestigio estadounidense en Oriente Medio ha disminuido con Obama, el prestigio de Israel –incluso entre la gente que lo odia– ha aumentado. El ‘reinicio’ de Bibi con Rusia, al contrario que el de Obama, realmente funciona. Su giro hacia Asia ha sido más fructífero que el de Obama. [Netanyahu] ha tendido con éxito muchos más puentes con los musulmanes suníes que el presidente Obama, y tanto Rusia como Irán toman a Bibi y sus líneas rojas mucho más en serio que las protestas de Obama y sus piadosas esperanzas.
El periodista de Al Arabiya Mshari al Zaidi arguye con ejemplos que la Casa Blanca actúa tendenciosamente contra Arabia Saudí, mientras beneficia directamente a Irán. Según Al Zaidi, se trata de una tendencia general entre la izquierda estadounidense.
Durante la presidencia de Obama hemos asistido a un intenso ataque contra Arabia Saudí en los medios de comunicación progresistas, tales como la CNN o ‘The New York Times’, y a un intento de demonizar al reino, a los árabes y a los suníes, incluso si no se admitía públicamente. ¿Es posible hacer que esa plataforma mediática trabaje en favor de Arabia Saudí? No creo que sea posible con alguien que ha decidido estereotiparte a priori.La hostilidad hacia Arabia Saudí y los árabes políticamente conservadores es una parte integral de la tradición izquierdista occidental, por lo que no tiene sentido tratar de seducir. El ministro iraní de Exteriores, Javad Zarif, desprecia al reino y sigue beneficiándose del odio izquierdista hacia él.
El veterano analista saudí Abdulramán al Rashid critica las declaraciones equidistantes de las autoridades egipcias respecto al conflicto sirio, que muchos consideran un coqueteo con el régimen de Asad. Al Rashid, en cambio, lo atribuye a un deseo de evitar los conflictos regionalespara centrarse en los problemas del propio Egipto.
(…) Hosni Mubarak fue el único que adoptó una política estricta contra Teherán y Damasco durante unos 30 años. Sin embargo, ahora parece que El Cairo prefiere rebajar su papel regional, reiterando su deseo de reducir la guerra local y el caos. Es un deseo romántico.La guerra civil libia ha dañado de manera importante la seguridad egipcia. El Cairo podría haber considerado Libia un asunto relevante de seguridad y participado en la imposición de una solución militar con el apoyo de la autoridad central. Esto podría haber detenido a otras partes que interfieren y habría convertido a Egipto en un actor clave en la región y en términos de seguridad europea. Sin embargo, entendemos su deseo de permanecer al margen de las crisis para centrarse en su situación doméstica.
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