domingo, 4 de diciembre de 2016

"Leonard Cohen se encontraba en la isla griega de Hidra. Por su pueblo (“Nunca he ocultado que soy judío, y en cualquier crisis que haya en Israel, allí estaré. Estoy comprometido con la supervivencia del pueblo judío”), dejó atrás a su familia y se presentó en la Tierra Prometida para ayudar en lo que fuera. Trabajando en un kibutz, por ejemplo. Pero enseguida un semejante le propuso un plan mejor: cantar para los soldados. Quizá no sea buena idea: si se trata de levantar la moral a la tropa, adujo, mis canciones son de penas. No digas eso, hombre. Y el poeta fue a la guerra.
Y cantó y cantó y cantó; durante tres meses, hasta siete y ocho veces al día, en bases y hospitales de campaña, en el Sinaí y en “los ojos de Israel”, el monte Hermón: “La excitación, la energía y el alborozo, mezcladas como estaban con una terrible tristeza, crearon la más emotiva actuación que he visto en mi vida”, confesará un testigo promotor." (Mario Noya)
Yom Kipur. En el Día de la Expiación, en Israel, el Estado de los judíos, se para el mundo. Es el día del arrepentimiento y de la aflicción de las almas. No se bebe, no se come, por supuesto no se folla y se entona la Unetané tokef:
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