martes, 30 de mayo de 2017

Los 10 Mandamientos hoy en día

Los 10 Mandamientos hoy en día

Por qué los necesitamos hoy más que nunca.

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Si Dios hubiera querido publicar los 10 Mandamientos en Twitter, habría estado restringido a 140 caracteres. Pero Él utilizó 620 letras para escribir el decálogo en las dos tabletas que le entregó a Moshé en el Monte Sinaí. Eso se debió a que este magnífico resumen del comportamiento ético contiene la clave de lo que pretenden las 613 mitzvót para el pueblo judío y las 7 leyes universales para la humanidad: 620 en total.
Nunca ha habido una mejor sinopsis de lo que es una vida con rectitud que este esencial texto de la Torá. Como toda la Torá, no importa cuánto hayan cambiado los tiempos, el mensaje de los 10 Mandamientos es eterno.
Aquí hay 10 ideas del decálogo que vienen de una perspectiva contemporánea:

1. “Yo soy el Señor, tu Dios”.

El diccionario Merriam-Webster agregó la palabra inglesa selfie (autorretrato) como una de las 150 palabras nuevas del año pasado. El engrandecimiento del 'yo', la importancia del ego y el narcisismo de nuestra generación necesitan que les recuerden que “no todo gira en torno a ti”.
“Yo soy el Señor, tu Dios”; hay un poder superior que creó el mundo, que está a cargo del universo, que nos dio leyes que requieren ser observadas para el beneficio de toda la humanidad.
Ningún sistema moral puede basarse solamente en la preocupación por uno mismo. Si el hombre es el único árbitro de lo que es el bien, entonces el mal siempre será racionalizado como necesario para obtener placeres y privilegios personales.
Como dijo Dostoyevsky de manera tan perceptiva: “Sin Dios, todo es permisible”.
“Tan sólo hazlo” puede ser un buen eslogan para Nike, pero no sirve como ideal para el comportamiento de toda una generación.

2. “No tendrás otros dioses fuera de Mí”.

Los sociólogos le tienen un nombre a la idolatría de nuestros tiempos. Es el “Síndrome de idolatría a las celebridades”, el cual describe el pedestal en el cual hemos puesto a las estrellas de cine, a las estrellas deportivas y a la gente famosa, siguiendo cada uno de los movimientos que hacen, y tratándolos como dioses modernos. Hay una gigantesca subcultura mediática en torno al culto de la personalidad. Los chimes y las noticias de los ricos y famosos es un gran negocio. Las revistas, programas de televisión y blogs dedicados a los famosos han capturado nuestra imaginación. En Estados Unidos hay más revistas dedicadas a noticias de celebridades que revistas dedicadas a noticias reales.
¿Y cuál es el problema de todo eso? Es que las celebridades de nuestros tiempos se han vuelto nuestros héroes, y a pesar de que estoy seguro de que algunos de ellos son gente honorable y buena, no importa cuán infames sean los famosos, cuán faltas de valores sean sus vidas, esa gente se ha transformado en los modelos a seguir de nuestra juventud, los verdaderos dioses de nuestra sociedad.
En su libro The decline and fall of the Roman Empire (El decline y caída del Imperio Romano), Edward Gibbon afirmó que habían varios factores que contribuyeron a la caída de Roma, pero principalmente dijo que era “el desarrollo de un interés obsesivo en el deporte y en las celebridades fue uno de los factores principales del colapso de la más grande civilización que haya conocido el hombre”. Es por eso que Dios nos advirtió tan fervientemente que no idolatremos falsos ídolos.

3. “No tomarás el nombre del Señor, tu Dios, en vano”.

Cuídate de todos quienes camuflan sus malvadas motivaciones bajo el disfraz de estar sirviendo una causa santa. Muchas veces los perpetradores de actos terroristas justifican su actuar con palabras de alabanza hacia su Dios. Tomar el nombre de Dios en vano, presumir estar actuando en nombre del Padre de toda la humanidad mientras destruyes a Sus hijos, es un pecado que atenta contra el corazón de la religión, un pecado que es capaz de hacer que Dios mismo tenga un mal nombre.
Todos quienes justifican la violencia, el odio y el mal en nombre de Dios, quien claramente aborrece estas acciones, es culpable de profanar el tercer mandamiento.

4. “Recuerda el Shabat”.

Hubo un tiempo en que los eruditos predijeron que la tecnología nos otorgaría la tranquilidad para realizarnos espiritualmente, transformarnos en más que bestias de carga cuyas vidas están restringidas por las demandas de un consumidor trabajo. Pero en lugar de eso, el título de la perceptiva obra de Brigid Shulte describe a la perfección al hombre occidental del siglo XIX: Agobiados: Trabajo, amor y juegos cuando nadie tiene el tiempo.
La idea del Shabat vino a enseñarle al mundo que tiene que haber un tiempo en nuestras vidas en que dejemos de lado la tecnología por un propósito superior. Interesantemente, Eric Schmidt, el CEO de Google sintió que ese era el punto más importante que tenía para transmitir en su discurso para la ceremonia de graduación de la Universidad de Pensilvania. El director del motor de búsqueda más popular del mundo le pidió vehementemente a los alumnos que de alejaran un poco del mundo virtual y que hicieran conexiones humanas. Les dijo: “Apaguen sus computadores. Tendrán que apagar sus teléfonos celulares y descubrir todo lo humano que nos rodea”. Y eso es lo que Dios nos dijo que hiciéramos una vez cada siete días.

5. “Honraras a tus padres”.

Hay una gran verdad en la famosa observación de un visitante a los Estados Unidos, quien dijo: “Lo que más me impresiona de los estadounidenses es la forma en que los padres obedecen a sus hijos”.
Los niños necesitan ser educados, y el primer paso es exigir respeto.
El único mandamiento que tiene una recompensa es el que requiere que los hijos honren a sus padres. Nuestra sociedad contemporánea, la cual prácticamente rinde culto a los niños, necesita que le recuerden fuertemente forzar el cumplimiento del quinto mandamiento.

6. “No asesinarás”.

La Torá deja en claro que este mandamiento no es violado sólo por quienes cometen activamente el crimen, sino también por quienes se sientan pasivamente y miran si intervenir. En una época en que el terrorismo amenaza a la civilización, no hay excusa que sea válida para fallar en responder, ya sea ante la cataclísmica amenaza que representa Irán como la violenta amenaza que representan los fanáticos musulmanes.

7. “No cometerás adulterio”.

Tres de los 10 Mandamientos son tan severos que requieren el martirio para prevenir su violación. Uno de ellos es la inmoralidad sexual, un pecado que impregna nuestra cultura y amenaza la santidad del matrimonio y la preservación de la vida familiar.
De acuerdo a recientes estudios, más de la mitad de los programas de televisión están llenos de contenido sexual; en el horario de máxima audiencia, más de dos tercios de los programas tienen dicho contenido. La castidad es vista como algo anormal y la lealtad en el matrimonio como algo irrealista.
El séptimo mandamiento es la forma que tiene Dios para recordarnos que los matrimonios felices requieren compromiso y que, a pesar de lo que diga Hollywood, claramente vale la pena crear relaciones que duren por toda la vida.

8. “No robarás”.

En el año 2008, las extensas conductas corruptas de grandes bancos de Estados Unidos hicieron detonar una crisis financiera, causando cientos de billones de dólares en pérdidas a inversores y propietarios de casas, y causando la peor recesión de los tiempos modernos. Muy pocos de los altos ejecutivos de dichas instituciones fueron procesados judicialmente como consecuencia de este escándalo. Políticos corruptos, viles banqueros y deshonestos magnates causan que haya un gran escepticismo en nuestra sociedad contemporánea. El robo en cualquiera de sus formas, desde robo de cosas pequillas a grandes esquemas corporativos, no puede ser tolerado.

9. “No darás falso testimonio”.

Mentir es un pecado. Sin embargo, sorprendentemente una corte de apelaciones de Florida, Estados Unidos, declaró que no hay ninguna ley en contra de distorsionar o falsificar las noticias. Lee cómo los medios de comunicación, incluyendo a aquellos que supuestamente son modelos de integridad, cubren las noticias relacionadas con Israel y verás hasta que punto la verdad se ha vuelto víctima del prejuicio y el periodismo honesto se ha vuelto una víctima del antisemitismo.
Considera la siguiente cita de John Swinton, quien fuera uno de los altos dirigentes del periódico New York Times, en un discurso al club de prensa de Nueva York: “No hay tal cosa, en este momento de la historia mundial, en Estados Unidos, como una prensa independiente. Ustedes lo saben y yo lo sé. No hay ninguno de ustedes que se atreva a escribir vuestras opiniones de manera honesta, y si lo hicieran, saben de antemano que nunca aparecerían impresas”.
Es una triste realidad que los medios de comunicación de hoy en día se rehúsen a aceptar el noveno mandamiento.

10. “No codiciarás”.

Hay una industria multimillonaria cuya meta es hacer que cada uno de nosotros sienta codicia. Se llama publicidad. Nos hace creer que nunca podremos ser felices con lo que tenemos, sino sólo con lo que aún no poseemos. Dicha industria quiere que creamos que la verdadera felicidad sólo puede venir de tener más cosas, y entonces conseguir de alguna forma el dinero para comprar cada vez casas más grandes y mansiones en las cuales almacenarlas.
La Torá quiere que recordemos que la felicidad no viene de lo que tenemos, sino de quienes somos. La alegría interna es un resultado de saber que nuestras vidas tienen significado porque siguen los valores de nuestro Creador.
¿Cuán importantes son estas enseñanzas del decálogo? El midrash nos relata que la razón por la cual Dios nos creó con 10 dedos fue para que cuando miráramos nuestra mano recordáramos constantemente estas diez verdades que Dios nos reveló hace tanto tiempo en el Monte Sinai.

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