La actuación de las defensas aéreas israelíes, combinadas con la ayuda de aviones e interceptores de Estados Unidos, salvó incontables vidas el fin de semana. Pero Irán, Rusia y otros adversarios están aprendiendo de cada batalla y probando las debilidades para explotar. Estados Unidos tiene que hacer más para disuadir y proteger a los estadounidenses de ataques futuros.
No es poca ironía que el presidente Biden esté aclamando el éxito de las defensas de misiles y drones sobre Israel. En la década de 1980 no hubo enemigo más dedicado de las defensas misilísticas que el Senador Joe Biden. Los demócratas han resistido o sub-financiado las defensas misilísticas durante décadas bajo el fundamento que son demasiado costosas y derrotadas demasiado fácilmente por la nueva tecnología.
Los progresistas se oponen a las defensas porque piensan que la vulnerabilidad en cierta forma hace menos probable la guerra. En armas nucleares, la Unión de Científicos Preocupados y otros prefieren la doctrina de destrucción mutuamente asegurada a ser capaces de derribar los misiles balísticos intercontinentales enemigos.
Las defensas de Israel probaron cuan errada es esta visión, exhibiendo su valor práctico y estratégico. Si los más de 300 drones y misiles balísticos y crucero hubiesen alcanzado sus objetivos, el Sr. Biden no podría decir, como dijo al Primer Ministro Benjamin Netanyahu el sábado a la noche, “tomen la victoria.” Las víctimas masivas habrían casi garantizado una escalada militar a gran escala.
El éxito del fin de semana de las defensas aéreas es un tributo a la estrategia y décadas de inversión israelí en tecnología de defensa. La ayuda estadounidense fue también crucial—un ejemplo de cooperación de alianza dando resultados en ambas direcciones. Estados Unidos ayudó a financiar el sistema de defensa Cúpula de Hierro de Israel, el cual evolucionó en un acuerdo de co-producción que también cubre brechas en las defensas misilísticas de Estados Unidos. El intercambio del fin de semana muestra que la capacidad de defensa de Israel es por lejos superior a la de Irán—al menos por ahora.
Pero los enemigos nunca se quedan quietos, y los adversarios del Occidente están adaptando sus métodos y tecnología para derrotar las defensas aéreas. Una amenaza es desbordar las defensas con números grandes. Israel se mantuvo bien contra el gran ataque del sábado, pero tuvo ayuda de Estados Unidos y otros. No está claro que Israel pudo haber tenido éxito similar si Hezbollah descargaba su arsenal de misiles desde Líbano y Siria mientras Irán atacaba desde el occidente y los huzíes desde Yemen.
Está también la cuestión del costo asimétrico. Los drones son baratos para producir y fáciles de transportar, pero pueden ser caro derribarlos. También pueden llegar en enjambres. Ese es el motivo por el que una potencia media como Irán se especializa en producción de drones. Irán ha sido un proveedor crucial de drones para Rusia, que los despliega para efecto letal en Ucrania. Los enjambres de drones de Azerbaiyán hicieron la diferencia el año pasado en su guerra con Armenia.
Kiev ha estado construyendo su propia línea de producción de drones y ha comprado drones turcos. Pero el Occidente tendrá que innovar para contrarrestar el problema de tener que derribar drones con interceptores que son unas cien veces más caros. El ejército de EE.UU. está experimentando con tecnologías prometedoras tales como armas de microondas de alta potencia.
El ataque de Irán también pone en foco, o al menos debería, la escasez en la producción estadounidense de interceptores. El arsenal estadounidense es pequeño, y la administración Biden tuvo que pedir a Japón que transfiera algunos de sus Patriots para que Estados Unidos pudiera mantener suficientes para sus defensas.
El proyecto de ley de ayuda del Senado para Ucrania, Israel y el Pacífico incluye dinero para aumentar la producción de los muy avanzados interceptores Patriot a 650 anuales de 550 ahora. ¿Pero sólo 650? Estados Unidos podría agotar un año de producción en apenas semanas de combate intenso, y esa cifra es insuficiente para las crecientes amenazas de misiles en todo el mundo.
El ejército de Estados Unidos necesita desarrollar nuevas tecnologías rápidamente mientras también se corre más cerca de una situación de guerra para producir más municiones actuales, incluido el Misil Standard que maneja la defensa aérea en los destructores de la Armada de Estados Unidos. Eso significa que los presupuestos de defensa de Estados Unidos tendrán que aumentar. Los acontecimientos del sábado a la noche son una lección de por qué Estados Unidos nunca quiere estar bajo en municiones para defenderse.
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